América Latina esperaba tener un año tranquilo con un crecimiento estimado en el 2% a principios de año. Conforme han ido pasando los meses han aparecido variables que estaban fuera de la perspectiva del FMI cuando hizo esos cálculos. Para empezar, el retroceso de la economía argentina, que tendrá una fuerte influencia en el resto […]
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| 09 oct 2018
América Latina esperaba tener un año tranquilo con un crecimiento estimado en el 2% a principios de año. Conforme han ido pasando los meses han aparecido variables que estaban fuera de la perspectiva del FMI cuando hizo esos cálculos. Para empezar, el retroceso de la economía argentina, que tendrá una fuerte influencia en el resto de la región.
El caso es que en abril se estimó un crecimiento del 2% para la economía argentina, un cálculo que a día de hoy se ha constatado como osado, puesto que el pronóstico actual indica que Argentina sufrirá una recesión del 2,6% en 2018 y del 1,6% en 2019. En cualquier caso, se espera que “la firme aplicación de las reformas y la recuperación de la confianza” llevarán a la economía argentina a alcanzar un crecimiento del 3,2% en el mediano plazo, para 2023.
Esa situación afectará a otra de las principales economías del continente, Brasil, que aunque crecerá un 1,4% en 2018, ha visto reducida sus expectativas en nueve décimas con respecto a la previsión de abril. Además, las causas de esa revisión también tienen que ver con las “perturbaciones provocadas por la huelga de camioneros”, así como el endurecimiento de las condiciones financieras. En cuanto al medio plazo, el crecimiento se moderará al 2,2%, mientras en 2019 será del 2,4%.
La crisis argentina tendrá consecuencias en la economía de toda América Latina que, aunque se mantendrá en una tasa positiva del 1,2% en 2018 y del 2,2% en 2019, reduce sus previsiones en ocho y seis décimas respectivamente. Uno de los países que menos sufrirá la crisis del país que dirige Mauricio Macri será México, ya que el FMI espera un crecimiento del 2,2% en 2018 y el 2,5% en 2019, con una revisión a la baja de una décima para este año y de cinco para el que viene. No obstante, el crecimiento de Estados Unidos favorecerá la expansión de la economía mexicana, a pesar de la “incertidumbre en materia de comercio”.
En ese sentido, el FMI apunta que la recuperación de la región “será más débil de lo previsto”. También manifiesta la situación excepcional de la economía de Venezuela, que se deteriora por quinto año consecutivo. Durante 2017 la economía venezolana retrocedió un 14%, pero los malos augurios no acaban ahí. En 2018 el PIB caerá un 18% y, en 2019, un 5%. El organismo internacional señala como causas el desplome de la producción de petróleo y la inestabilidad política y social.