¿Es la deuda china una amenaza seria de crisis sistémica? No, todavía. China es una economía acreedora neta con el exterior, lo cual hace descartar un rescate del FMI. Y su crecimiento continua siendo lo suficientemente sólido como para hacer saltar las alarmas tan temprano. Ahora bien, un excesivo endeudamiento podría terminar pasando factura sobre […]
InternacionalDirigentes Digital
| 20 mar 2019
¿Es la deuda china una amenaza seria de crisis sistémica? No, todavía. China es una economía acreedora neta con el exterior, lo cual hace descartar un rescate del FMI. Y su crecimiento continua siendo lo suficientemente sólido como para hacer saltar las alarmas tan temprano. Ahora bien, un excesivo endeudamiento podría terminar pasando factura sobre las inversiones productivas, reduciendo el crecimiento económico potencial a largo plazo. Y un eventual ajuste sobre dichas deudas, además, amenaza con deflación.
La deuda de los hogares chinos ha aumentado exponencialmente desde el 10% del PIB en 2006. Las deudas hipotecarias son un 60% del total. Y la deuda china total contabilizada en las tarjetas de crédito supera el 7,5% del PIB. Para ponerlo en contexto, son siete décimas más si se compara con EE.UU. justo antes de la crisis del año 2008. Con todo, la deuda de los hogares chinos continua bajo control (un 52% del PIB). Preocupa, sin embargo, el creciente apalancamiento de las empresas chinas (un 128% del PIB). Muchas, al ser estatales, tienen una deuda sobre la cual debe responder el gobierno. Y esto, en definitiva, hace temer que la deuda pública sea superior al nivel marcado oficialmente del 68%.
Este 2019, con todo, el mercado espera un sesgo expansivo de la política monetaria en China. El crédito bancario total se espera que crezca un 11% durante 2019. Y, además de conceder una cuota mínima del crédito bancario a la empresa privada, se aplicará un tipo especial reducido para la PYME. Con todo esto, las previsiones apuntan a un incremento de la inversión en activos fijos del sector privado cercano al 10%. Y la inversión pública, por el contrario, se espera que experimente un crecimiento del 1-2% en 2019. Este año, por tanto, es de esperar que China priorice su crecimiento económico sobre otras actuaciones orientadas al desapalancamiento financiero. Ahora bien, estas expansiones monetarias no van a ser suficientes, toda vez que el retorno de las empresas tanto públicas como privadas, está menguando.
En ambos casos, ha descendido sensiblemente el retorno de los activos, o ROA, durante 2018. ”Las firmas chinas tienen más dificultades, cada vez, para ser rentables”, señala Alicia García-Herrero, del banco Natixis, a DIRIGENTES. No se trata de un problema acuciante. Pero sí conviene crecer en base a fundamentos económicos sólidos, sin demasiada deuda, para evitar sustos dentro del medio plazo.