Considerando que Unasur, un bloque formado por doce países sudamericanos, se encuentra acéfalo desde enero de 2017 y que hoy “es una institución altamente politizada e inefectiva”, Chile “procede con la denuncia del Tratado Constitutivo”, se lee en el documento entregado a la prensa por la presidencia de ese país. En la práctica, ello significa […]
InternacionalDirigentes Digital
| 30 abr 2019
Considerando que Unasur, un bloque formado por doce países sudamericanos, se encuentra acéfalo desde enero de 2017 y que hoy “es una institución altamente politizada e inefectiva”, Chile “procede con la denuncia del Tratado Constitutivo”, se lee en el documento entregado a la prensa por la presidencia de ese país.
En la práctica, ello significa que el país ahora presidido por Sebastián Piñera (liberal, derecha) se retira definitivamente de ese proyecto de convergencia llevado adelante por los gobiernos de Hugo Chávez (Venezuela), Lula da Silva (Brasil), Néstor Kirchner (Argentina) y la propia mandataria chilena Michelle Bachelet en la década pasada.
En los ocho años en que fue miembro del bloque, Chile aportó más de 3,5 millones de dólares para el funcionamiento de programas de cooperación y gastos administrativos, según publica el diario local El Mercurio, con base en informaciones de la Cancillería.
Cambiando de signo
“Por años, no se han realizado Cumbres Presidenciales, sosteniendo una burocracia regional onerosa para nuestros contribuyentes, absolutamente paralizada y alejada de los temas con real incidencia en el desarrollo de la región”, agrega la nota difundida por el gobierno.
Chile suscribe así un nuevo marco de acuerdos con los gobiernos de Argentina, Brasil, Colombia, Paraguay, Perú y Ecuador (que también suspendieron su participación) para crear el llamado Foro para el Progreso de América del Sur, PROSUR, al que se ha sumado Guyana.
De esta manera, el proyecto de inspiración bolivariana retiene únicamente a los gobernantes de Bolivia, Surinam, Uruguay y Venezuela, aunque -como fue señalado por Chile- continúa paralizado desde 2017 por “no poder elegir nuevo secretario general para suceder al colombiano Ernesto Samper”.
Un plan efectivo
“No funciona, no se reúne, no opera y además está acéfala”, resumió el canciller chileno Roberto Ampuero al explicar los motivos para salir del bloque y afirmar que no fue una decisión “ideológica”. “No hay una decisión en contra de una tendencia política o contra un sector político, hay una decisión pragmática y urgente”, aseguró el diplomático.
Por último, The New York Times comenta -a inicios de abril, bajo el título “Prosur, el nuevo mecanismo para no integrar a Latinoamérica”- que la creación de ese bloque “confirma una tendencia preocupante: en América Latina no se crean organizaciones regionales, sino franquicias ideológicas de los gobiernos de turno”.