Mientras que el mundo y los mercados han fijado su punto de mira en la esperada salida de la pandemia de Covid-19 y las vacunas que esperan proporcionarnos la vuelta a la espera normalidad, los países de la región de Asia-Pacífico han firmado el mayor tratado de libre comercio del mundo. Esta Asociación Económica Integral […]
Mientras que el mundo y los mercados han fijado su punto de mira en la esperada salida de la pandemia de Covid-19 y las vacunas que esperan proporcionarnos la vuelta a la espera normalidad, los países de la región de Asia-Pacífico han firmado el mayor tratado de libre comercio del mundo.
Esta Asociación Económica Integral Regional (RCEP), liderada por China, va a traer sin lugar a dudas cambios en la lejana región y también en la economía mundial. Sin embargo, ¿hasta qué punto lo van a notar los mercados? El juego de la geopolítica vuelve a la mesa y parece que la potencia asiática apuesta con fuerza.
El tratado RCEP, el mayor de libre comercio
El pasado 15 de noviembre, los líderes de Asia firmaron en Hanoi el tratado de libre comercio que eliminará los aranceles a las importaciones de los próximos 20 años entre los estados Asia-Pacífico. Además, incluye apartados respecto a propiedad intelectual, telecomunicaciones, servicios financieros, comercio electrónico y servicios profesionales.
Los países que participan en él incluye a los diez miembros de la Asociación de Países del Sudeste asiático (ASEAN), formada por Brunei, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Myanmar, Singapur, Tailandia y Vietnam y también a los grandes China, Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda.
Se puede decir sin miedo que se trata del tratado de libre comercio mayor, pues entre todos los miembros firmantes suman casi un tercio de la población mundial, afectando a unos 2.200 millones de personas, y a un 30% del Producto Interno Bruto del planeta y superan al T-MEC (de EEUU, Canadá y México), al de la Unión Europea y al Acuerdo de Asociación Económica (AAE) entre la Unión Europea y Japón, que entró en vigor el 1 de febrero de 2019 y abarca el 35% del comercio mundial.
Las relaciones entre China y Estados Unidos
Y es que el RCEP, que desplaza al China al centro de la economía mundial de la región y le permite ampliar su influencia económica, da sin lugar a dudas a cuestiones sobre las relaciones entre la potencia asiática y el gigante estadounidense.
Ambas potencias, que han tenido una relación complicada con la administración de Trump al frente de la Casa Blanca y que tampoco se espera que se modifique mucho con el mandato de Joe Biden, juegan en un terreno donde cada paso importa.
Para Sven Schubert, estratega superior de inversiones de Vontobel Am, los efectos de este trazado no se sentirán antes del año 2022 y “es probable que las empresas europeas y estadounidenses se enfrenten a más obstáculos en la región” tras el acuerdo.
Sin embargo, y pese a que la influencia de China va a crecer a la par que se fortalece la de Asia como motor de crecimiento, el experto mira hacia la apuesta del país por una política de doble circulación: “China quiere reducir su dependencia de la economía mundial reduciendo las importaciones de bienes críticos al largo plazo” dice en cuanto a su baza de economía de circulación interna, pero añade: “Sin embargo, la circulación externa también forma parte de la estrategia. China seguirá abierta a los inversores y productores extranjeros y es probable que liberalice aún más sus mercados de capital”.
De hecho, y debido a la dependencia de China de muchas decisiones de Estados Unidos en cuanto a tratados comerciales se refiere, este país asiático tiene un gran interés en abrir un más su economía. “El Fondo Monetario Internacional ha demostrado en numerosas publicaciones que el comercio mundial va de la mano de la innovación. Por lo tanto, cerrar un país a los inversores extranjeros sería un gran error”, matiza el experto.
Las ventajas del RCEP en las economías asiáticas y de mercados emergentes
Para Schubert, este tratado es sin lugar a dudas un desarrollo positivo en la región desde el punto de vista económico y Asia va a salir fortalecida. “Aproximadamente el 40% de las exportaciones asiáticas permanecen en la región asiática” y aunque no se va a notar a corto plazo, la recuperación de la zona ya es un hecho: “La recuperación económica es algo seguro, ya que muchos países asiáticos manejaron la crisis de la COVID-19 mejor que los países europeos o americanos”, comenta el experto.