Las criptomonedas están de plena actualidad, más como inversión que por su uso en sí, que es el que marcaría la verdadera función de este tipo de instrumentos. En vistas de que los criptoactivos no están regulados y se encuentran al libre albedrío del mercado, los bancos centrales están moviendo ficha para crear sus propias […]
BancaDirigentes Digital
| 22 jun 2021
Las criptomonedas están de plena actualidad, más como inversión que por su uso en sí, que es el que marcaría la verdadera función de este tipo de instrumentos. En vistas de que los criptoactivos no están regulados y se encuentran al libre albedrío del mercado, los bancos centrales están moviendo ficha para crear sus propias monedas y poder controlar las condiciones en que se utilizan.
Los propios reguladores son los más preocupados por que el auge de las criptomonedas escape de su control, si bien ya están dando pasos para evitarlo. Eso es lo que trataron de explicar durante una de las mesas redondas que tuvieron lugar en Revolution Banking que analizó el euro digital, el proyecto europeo para lanzar una criptomoneda respaldada por el propio Banco Central Europeo.
José Manuel Marqués, responsable de innovación financiera del Banco de España, adelantó que, si sale adelante, el euro digital no se va a imponer desde el Banco Central Europeo (BCE) para que sea usado directamente por los consumidores. Por el contrario, el model ose basa en la colaboración y distribución del sector privado, que haría de intermediario.
En ese aspecto, hay que incidir en las diferentes motivaciones que tiene cada regulador. Si bien es cierto que hay proyectos similares en Estados Unidos, Reino Unido, China y otros países emergentes, en cada lugar se dan unas condiciones muy diferentes.
“En los países emergentes tiene que ver con la inclusión financiera o por los costes de distribuir efectivo”, comenta Marqués. También se dan casos en los que se quiere revertir una situación de poder de mercado por parte de actores dedicados a los medios de pago. En ese caso, se trata de evitar que “todos los medios de pago estén en manos privadas y extranjeras”. De todos modos, para Marqués no hay una sola razón para cada caso, sino que varias de ellas pueden confluir: “Hay países que comparten motivaciones”.
Por su parte, Mayte Arráez, encargada de infraestructura de merado del BCE, cree que es importante incidir en que el euro será “dinero de banco central pero en formato digital”. De ese modo, supondrá un “complemento, no un sustituto del efectivo y de los depósitos bancarios”. En línea con lo que comentaba Marqués, Arráez añade que la motivación de introducir el euro digital consiste en reducir el uso del efectivo, apoyar la digitalización de la economía y posicionar el euro digital en el marco internacional.
Las consultas que ya se han iniciado para comenzar a proyectar cómo sería el euro digital han dejado claro que los ciudadanos están preocupados por la privacidad y la seguridad, si bien serán los intermediarios, los bancos, quienes proveerán los servicios, de modo que es a ellos a quienes corresponde asegurar la privacidad. Por otro lado, cabe preguntarse si el uso del euro digital se haría a través de algún tipo de soporte físico como una tarjeta o si se propondrán otras alternativas.
Magí Clave. subdirector general de sistemas de información BCE, añade que el principal fin del euro digital es favorecer que se puede trabajar online con todo tipo de divisa, sea física, a través de depósitos, o digital Por ello, cree que una criptomoneda emitida por el BCE ayudaría a introducir una mayor “innovación en los pagos”, si bien para ello se deben proporcionar garantías y una base tecnológica y funcional robusta.
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