Una vez que se sobrepasa la barrera de los trámites con la Administración, se consigue poner en regla un negocio y el establecimiento echa a andar, queda por resolver otra de las cuestiones que determinarán la viabilidad y la supervivencia de una empresa: ¿y los clientes? Un negocio es sostenible en la medida en que […]
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| 24 feb 2020
Una vez que se sobrepasa la barrera de los trámites con la Administración, se consigue poner en regla un negocio y el establecimiento echa a andar, queda por resolver otra de las cuestiones que determinarán la viabilidad y la supervivencia de una empresa: ¿y los clientes?
Un negocio es sostenible en la medida en que consigue que sus servicios sean atractivos para los clientes, además de fidelizarlos y proporcionarles una experiencia positiva. A principios de siglo, cuando Internet aún tenía mucho desarrollo por delante, la principal manera de relacionarse con los posibles clientes era establecer una tienda y tratar de promocionar los servicios de manera tradicional.
La llegada de las herramientas digitales han dado la vuelta a esa relación, si bien sigue existiendo esa modalidad. Así, las plataformas se presentan como un espacio en el que convergen los intereses de los clientes y los de los proveedores de servicios. Unos buscan una empresa que les resuelva una necesidad, y los otros, clientes para ofrecer sus servicios.
Se trata de una dinámica que también ha entrado en el mercado de los ‘home services’, los servicios del hogar, tales como reparaciones de averías o pequeñas obras, entre otros. “Damos transparencia a un sector que era muy opaco”, comenta Jorge Oliveros, cofundador de Jobin, convencido de que “poder contactar de manera instantánea con una red de profesionales con la confianza de otros clientes tiene más ventajas que el boca a boca”.
La creación de esta alternativa llega a un sector que mueve 800.000 millones de dólares a nivel mundial y 9.000 millones de euros en España. “Viendo esa oportunidad me planteé dar un giro de 180 grados y construir de cero algo que podía revolucionar el sector de los servicios”, explica Oliveros en referencia a la plataforma social que trataba de desarrollar hasta ese momento junto a dos amigos.
En resumen, Jobin tiene como objetivo ofrecer un espacio “en el que conectar a alguien que tenía una demanda con un profesional que podía prestarle ese servicio, como un marketplace”, define Oliveros. No obstante, el modelo de negocio ha evolucionado y ofrece dos vertientes, que comprenden la opción de marketplace, y la modalidad offline sin mediación de la plataforma, en la que Jobin se encarga de recibir la demanda, ofrecer y gestionar el servicio.
En ese sentido, a pesar de que existen dos alternativas distintas dentro del modelo de Jobin, la tecnología se antoja como un punto crítico en ambas. “La conectividad es una prioridad absoluta para el cliente, te ayuda y te permite ofrecer una respuesta más inmediata y mejor que la de un modelo tradicional”, razona el fundador.
Quienes más partido pueden sacar de una herramienta de este tipo son los autónomos o pequeñas empresas con dos o tres operarios, dice Oliveros. Si bien es cierto que en el modelo de marketplace tiene que pagar un canon para entrar a la plataforma, esto le permite ponerse en contacto con una gran base de clientes. A principios de año se cuantificaban 120.000 descargas y 30.000 solicitudes.