El mercado digiere la renuncia por motivos de salud del primer ministro japonés, Shinzo Abe, quien deja el cargo tras ostentar el récord de gobernante que más tiempo ha ocupado el poder en el país del sol naciente: ocho años y medio. Las informaciones que apuntaban a su retirada asustaban a los inversores y se […]
BolsasEl mercado digiere la renuncia por motivos de salud del primer ministro japonés, Shinzo Abe, quien deja el cargo tras ostentar el récord de gobernante que más tiempo ha ocupado el poder en el país del sol naciente: ocho años y medio. Las informaciones que apuntaban a su retirada asustaban a los inversores y se traducían en la última sesión en retrocesos en la renta variable del país, como destaca Adam Vettese, de eToro, al tiempo que se fortalecía el yen japonés, “ a menudo un refugio en tiempos de incertidumbre geopolítica”. Sin embargo, tras un fin de semana de análisis más reposado, este lunes el Nikkei ha cerrado en positivo.
Implicaciones
Existe unanimidad a la hora de señalar que la dimisión de Abe puede causar cierto nerviosismo en los mercados financieros. Según recuerda Masaki Taketsume, gestor de renta variable japonesa de Schroders, “Abe está muy identificado con los planes económicos de su gobierno, bajo el término Abenomics. Esto ha implicado una agresiva flexibilización monetaria, el aumento del gasto del gobierno y la promulgación de reformas para hacer la economía japonesa más competitiva”. Pese a ello, cree que su partida “no debería distraer a los inversores de otros factores positivos, como la contención del virus o las mejoras en áreas como la gestión empresarial”. Destaca que las empresas del país “tienen balances sólidos que las dejan en buena posición para capear una crisis mundial” y, pese a que no hay que obviar el impacto del ataque de una recesión mundial, esa fortaleza “está emergiendo como una clara ventaja competitiva”.
Por su parte, para Dan Carter, gestor de fondos, renta variable japonesa de Jupiter Asset Management, “la renuncia de Abe no debería ser una sorpresa. Es un primer ministro de larga trayectoria con un historial de mala salud y han estado circulando rumores de su partida”. Reconoce, no obstante, que el momento es complicado, en medio de una pandemia mundial, con la agitación económica imperante y a las puertas de unas elecciones en EE.UU. “Afortunadamente, Abe hace mucho que dejó de ser el tótem del renacimiento económico y del mercado japonés que alguna vez fue, por lo que su partida es considerablemente menos preocupante de lo que habría sido hace cinco años”, asegura.
¿Futuro en Japón?
Las próximas elecciones están previstas para octubre de 2021, aunque aumentan las posibilidades de que se adelanten a otoño de 2020. desde Schroders apuntan que esta “puede ser una buena oportunidad para que un nuevo líder refresque el gabinete y reenfoque la respuesta a la pandemia”, al tiempo que esperan “la continuidad de la política fiscal” y señalan que “la política monetaria del gobernador del Banco de Japón, Haruhiko Kuroda, también se mantendrá sin cambios”.
A la hora de poner nota a su mandato, Carter subraya que ha sido mixto. “Su elección para el gobernador del BoJ (cuyo mandato termina en 2021), Haruhiko Kuroda, ha sido un impresor de dinero agresivo, y su presión sobre el sector empresarial para exprimir más su capital social ha llevado a un mejor gobierno corporativo y un movimiento hacia más gestión amigable para los accionistas”. Sin embargo, cree que “su éxito en la reforma fiscal es más difícil de determinar”. ¿Qué esperar a partir de ahora? Este experto de Jupiter AM asegura que “una revolución política es poco probable”. “Abe ha anunciado que continuará como primer ministro hasta que se elija un sucesor y esto debería verse como una buena noticia, ya que limita la rotación en el cargo principal y hace que sea más probable que se descarte a los estadistas mayores propensos a errores como el viceprimer ministro, Taro Aso”.
Entre los candidatos a sustituir a Abe se citan nombres como el del secretario principal del Gabinete (Yoshihide Suga), el jefe de políticas del LDP (Fumio Kishida), el Ministro de Defensa (Taro Kono) o el ex secretario general del LDP, Shigeru Ishiba.
Según explica Paul Brain, director de renta fija de Newton y gestor de cartera del BNY Mellon Global Dynamic Bond Fund, “para cualquier nuevo primer ministro la pregunta será si se puede hacer más en términos de estímulo gubernamental. Las políticas fiscales y las políticas tributarias serán muy esperadas en los mercados”. Este experto no espera cambios en el mercado nipón de bonos porque está controlado por el Banco de Japón y el Tesoro, pero sí que ve posible que al yen le afecte la incertidumbre. En todo caso, “con el dólar estadounidense debilitado por la continua política monetaria relajada, quizás el yen no caiga demasiado en comparación, pero otras monedas como el euro y las monedas basadas en productos básicos pueden tener mejores valoraciones”.