La digitalización es uno de los objetivos prioritarios del nuevo plan quinquenal chino 2021-2025. Para conseguirlo, en 2025, la inversión en I+D deberá haber alcanzado el 3% del PIB. Pero, al mismo tiempo, existen también algunos cuellos de botella. Se reconoce una cierta escasez en analistas de datos. Es decir, pese a ser el primer […]
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| 06 ago 2021
La digitalización es uno de los objetivos prioritarios del nuevo plan quinquenal chino 2021-2025. Para conseguirlo, en 2025, la inversión en I+D deberá haber alcanzado el 3% del PIB. Pero, al mismo tiempo, existen también algunos cuellos de botella. Se reconoce una cierta escasez en analistas de datos. Es decir, pese a ser el primer productor mundial de datos, China está teniendo dificultades a la hora de encontrar personal cualificado suficiente para analizarlos. Sin embargo, en el lado de la oferta, las inversiones en materia de nuevas infraestructuras tecnológicas sí avanzan a un ritmo anual adecuado.
El 5G, junto con las redes eléctricas de alto voltaje, están sumando unos 45 mil millones de dólares en inversiones todos los años. Y los centros de datos, indispensables para nuevos desarrollos como las ciudades inteligentes o la inteligencia artificial, también están sumando unos 30 mil millones de inversión cada año. Sin embargo, en comparación con las viejas infraestructuras tradicionales, la inversión en digitalización sigue siendo un 5%. Pero, en inversiones sobre infraestructuras directamente relacionadas con la nueva economía, China va a destinar unos 130 mil millones de dólares al año hasta 2025.
Según datos de Kantar, cada sesenta segundos en China, las transacciones realizadas desde dispositivos móviles ascienden a dos millones de euros (casi tres mil millones al día). Alibaba, además, permite desde llamar a un taxi (mediante otra aplicación llamada DIDI) hasta hacer la compra o pedir comida para llevar. En el caso de los taxis, u otros vehículos destinados a transportar pasajeros, cada minuto se cierran casi 56 mil pedidos. Y en ese mismo lapso de tiempo, antes del COVID-19, se solían reservar 166 habitaciones de hotel.
La normalidad volverá, antes o después, en cuanto el virus esté controlado. La economía digital, entre otras cosas, incrementa notablemente la velocidad de circulación del dinero. Ello otorga cierta estabilidad al agregado monetario M2. La competencia, por el lado de los precios, además, reduce las tensiones inflacionistas. Y, sobre todo, se sostiene el crecimiento del PIB.