Estados Unidos está produciendo más 12 millones de barriles de crudo al día, lo que le convierte en el mayor productor mundial por encima de los países de Oriente Medio. Aunque estas cifras de récord cambian el juego a nivel mundial, por otra parte, y según los expertos, esto significa que los precios bajan y […]
InternacionalDirigentes Digital
| 13 nov 2019
Estados Unidos está produciendo más 12 millones de barriles de crudo al día, lo que le convierte en el mayor productor mundial por encima de los países de Oriente Medio. Aunque estas cifras de récord cambian el juego a nivel mundial, por otra parte, y según los expertos, esto significa que los precios bajan y las empresas que se dedican a este sector pierden valor.
En menos de una década, el sector petrolero ha añadido a lo que ya producía, otros 8 millones de barriles por día. Esta expansión del esquisto no solo permitió que aumentase la independencia energética de Estados Unidos sino que creó empleos en el cinturón de petróleo y gas del país y permitió al presidente Donald Trump promocionar la expansión económica del país.
Esta rápida expansión se centra sobre todo en los productores de la ‘Cuenca Pérmica’, una vasta extensión de más de 138.000 kilómetros cuadrados que limita con el oeste de Texas y el sureste de Nuevo México. Esa región es responsable de aproximadamente un tercio de la producción de crudo de Estados Unidos. Aún así, el país todavía importa alrededor de nueve millones de barriles diarios de petróleo, pero depende mucho menos de los suministros extranjeros.
Este desarrollo continuará a largo plazo según un informe del ‘World Oil Outlook’ de la OPEP, que vaticina que el auge del esquisto bituminoso continuará en el país y llevará la producción diaria de Estados Unidos a cifra de 20 millones de barriles por día en cinco años.
El ascenso de Estados Unidos al número uno entre productores mundiales de petróleo, derrotando a los pesos pesados tradicionales como Arabia Saudita, y compitiendo además en el gas de esquisto con gigantes energéticos como Qatar y Rusia, está teniendo algunas consecuencias negativas en el sector en EE.UU.
En los últimos cuatro años, ha habido casi 200 quiebras de productores de esquisto y los pequeños y medianos productores colapsaron con una deuda de más de 100.000 millones de dólares.
La capitalización de mercado de las compañías energéticas en el S&P 500 se ha reducido a la mitad en los últimos cuatro años, a medida que los inversores institucionales dejaban el sector de petróleo y gas debido a los márgenes reducidos y la amenaza que el cambio climático representa para la industria.
“Ahora están diciendo que se disminuya la velocidad, que se está produciendo demasiado. Que Estados Unidos tiene demasiado suministro y que está afectando los precios mundiales del petróleo”, se quejaba Scott Douglas Sheffield, director ejecutivo de Pioneer Natural Resources Company.
Según la compañía de análisis IHS Markit el crecimiento de la producción petrolera de EE.UU. está en una “gran desaceleración” y creen que la producción bajará considerablemente. Aunque esperan que “el crecimiento moderado se reanude en 2022”, según Raoul LeBlanc, vicepresidente para América del Norte de IHS Markit.
El desafío clave para los productores ahora es cumplir con el nuevo enfoque de los inversores en el retorno del capital. Esto ocurre en un momento en que las empresas enfrentan un período prolongado de precios más bajos y cuando el acceso a la financiación de los mercados de capitales se ha vuelto difícil, según el informe de IHS Markit. “Las compañías de exploración y producción (E&P) cotizan a múltiplos que representan entre la mitad y un tercio de lo que lo hacían en 2017, y los mercados de deuda no están dispuestos a proporcionar una nueva deuda para todos, excepto para los jugadores de esquisto más grandes”.
“La combinación de mercados de capital cerrados y precios débiles están sacando efectivo del sistema”, explica LeBlanc. “Los inversores están imponiendo disciplina de capital en E&P al bajar los precios de las acciones y aumentar el costo del capital en los mercados de deuda”.
IHS Markit pronostica que el gasto de capital para perforación y terminaciones en tierra caerá un 10% a 102.000 millones de dólares este año, otro 12% a alrededor de 90.000 millones en 2020 y otro 8% a alrededor de 83.000 millones en 2021, una disminución de casi 20.000 millones de dólares en el gasto anual en solo tres años.
“Todo esto representa la situación más grave y en contra para los productores de esquisto desde el colapso del precio del petróleo en 2015”, continúa LeBlanc, quien opina que “tendrán que estar muy atentos y tomar medidas de inmediato” si no quieren pasar por una crisis petrolera similar en el país.