Ayer la bolsa alemana estuvo cerrada. Era el día de la reunificación alemana – un fecha de profunda reflexión sobre las brechas sociales, salariales y culturales que siguen existiendo entre las dos partes de Alemania, después de vivir juntos casi 30 años bajo la misma nación. Sin embargo, mucho tiempo de reflexión no tienen los […]
InternacionalDirigentes Digital
| 03 oct 2018
Ayer la bolsa alemana estuvo cerrada. Era el día de la reunificación alemana – un fecha de profunda reflexión sobre las brechas sociales, salariales y culturales que siguen existiendo entre las dos partes de Alemania, después de vivir juntos casi 30 años bajo la misma nación. Sin embargo, mucho tiempo de reflexión no tienen los alemanes. La tormenta perfecta se está montando y se pueden esperar algunas sorpresas para este jueves y viernes en Frankfurt. Una economía turca en turbulencias y una economía italiana en la que ya cada vez menos fund managers confían y que preocupan a las bolsas al máximo. Más aún, el periódico alemán “Bild” escribe que el Presidente turco Recep Tayyip Erdogan ha conseguido un “deal de financiación“ con Alemania, “Bild” duda que de las 6.500 empresas alemanas que hay en Turquía, muchas tengan ganas de invertir más, dadas las circunstancias políticas y económicas.
Turquía representa sin duda un problema grande para el mercado financiero alemán. Mientras el acuerdo del Nafta del lunes había dado mucha ilusión a su índice referencial DAX, los inversores están ahora preocupados por el impacto de una posible caída de Italia. Los fund manager en España venden ya los bonos italianos como churros y lo mismo pasa en Alemania.
MIEDO DE UNA NUEVA CRISIS FINANCIERA
Muchos ya tiemblan en Frankfurt. El analista Milan Cutkovic del broker AxiTrader se acuerda con miedo del año 2011: “No son recuerdos muy bonitos”. Con un euro en tendencia baja no sorprende este temor a un déjà vu. “La política fiscal tan expansiva del gobierno italiano puede parecer al mercado insoportable”, cree la analista de Commerzbank Antje Praefck. Se espera igual como pasó con Grecia una fiera entre la UE e Italia batalla sobre los presupuestos para 2019. Además: los tipos van a seguir subiendo en EEUU.
La única esperanza que les queda a los inversores en valores de coches alemanes es que parece que hay una solución en el conflicto sobre los coches Diésel. A los propietarios se les está ofreciendo, según un acuerdo entre los dos partidos de la “Groβe Koalition” (la gran coalición), poder restaurar el motor con su concesionario o recibir un dinero en caso de querer comprar otro coche menos contaminante. Quién pagará estos “regalos” todavía está en el aire. Lo probable será que una parte lo pague el Estado por haber forzado esta negativa evolución para los coches Diesel y otra parte la industria, especialmente Volkswagen, que es corresponsable de toda esta crisis. De todos modos, las acciones de los fabricantes de automóviles, que han sufrido mucho en los últimos meses, han podido respirar un poco ante la buena noticia. Aunque no hay que ser demasiado optimista ante el escenario actual político en Alemania, con un gobierno del que no se sabe si va a poder aguantar más allá de este año y una coyuntura germana que con gran probabilidad después de 8 años de crecimiento empezará a tener tendencias bajistas en 2019. La visión del estratega de UniCredit, Christian Stocker, de que el DAX en 2024 estará en 30.000 puntos, estando ahora en unos 12.300, parece en este contexto de cambios constantes poco probable.