En 2018, al menos 1.600 millones de personas van a realizar una compra por Internet. Y la mitad de las mismas se realizarán en Asia. Sin embargo, en términos relativos, solamente los países desarrollados tienen un 50% o más de población que compra habitualmente por Internet. Dinamarca, Alemania o Reino Unido llegan a alcanzar el […]
InternacionalDirigentes Digital
| 27 jun 2018
En 2018, al menos 1.600 millones de personas van a realizar una compra por Internet. Y la mitad de las mismas se realizarán en Asia. Sin embargo, en términos relativos, solamente los países desarrollados tienen un 50% o más de población que compra habitualmente por Internet. Dinamarca, Alemania o Reino Unido llegan a alcanzar el 80%. Y en América Latina, por ejemplo, el líder regional es Brasil, con apenas un 25%.
Las ventas minoristas online representaron, sobre otros canales tradicionales, un 10% del total en 2017. Para 2021, sin embargo, dicho porcentaje puede acabar alcanzando el 18%, casi cinco billones de dólares (con doce ceros). Y las ventas globales de bienes de consumo rápido, o conveniencia, alcanzarán los 150 mil millones de dólares en 2025, según datos del Institute of China Electronic Commerce Center, revelados a DIRIGENTES.
Según CB Insights, los países que mejores condiciones ofrecen al comercio electrónico minorista(en términos de tamaño, actitud del consumidor, crecimiento e infraestructuras); son: Estados Unidos, China, Reino Unido, Japón y Alemania. Sin embargo, entre los veinte primeros también se encuentra España (18), junto con otro país latinoamericano como México (17). Dentro del capítulo de infraestructuras, obtienen la máxima puntuación Hong Kong o Singapur, los cuales actúan claramente como hubs para re-exportar (sobre todo hacia el pujante mercado asiático).
Pero, según el Banco Mundial, Panamá ni ningún otro país latinoamericano se encuentra entre las primeras treinta naciones con mejor infraestructura logística para el sector del e-commerce; mientras que Singapur o Hong Kong son ahora mismo “top – ten”.
Las cinco multinacionales de e-commerce con ingresos más amplios, dentro del segmento minorista o business-to-consumer (B2C), son: Amazon, JD.com, Apple, Alibaba y Walmart. JD es la primera china, duplicando en ingresos a Alibaba, al ser esta última un negocio esencialmente business-to-business o B2B (no retail ni B2C). Alibaba, sin embargo, busca incrementar la cuota de sus ventas minoristas internacionales sobre el total, que ahora apenas llega al 6%.
En América Latina, lejos del “big – five”, las empresas líderes de e-commerce son: B2W, Cnova, Netshoes o Saraiva, entre otras, todas brasileñas. Brasil, con un 38%, lidera las ventas minoristas latinoamericanas en e-commerce. México, con ventas en torno a los 8 mil millones de dólares, mantiene una cuota del 19%. Y el tercero en discordia, alejado del resto, es Argentina (8%).
En China, por comparación, las ventas electrónicas minoristas ascendieron a 105 mil millones de dólares (una cuarta parte del total de todas sus transacciones, tanto online como offline). Y el primer mercado electrónico de exportación destinada al consumo final fue Japón. Hacia Estados Unidos, por ejemplo, los japoneses exportan casi dos mil millones de dólares anuales a través del e-commerce.
En total, las transacciones internacionales dentro del comercio electrónico, segmento B2C, ascienden a 190 mil millones de dólares. Según la ONU, esta cifra se multiplicará hasta los casi dos billones de dólares en 2021. Y el país que mejores perspectivas ofrece al comercio electrónico minorista, dentro del sudeste asiático, es Indonesia (espera quintuplicar su volumen hasta 2021).
China cuenta con el 44% de las aplicaciones del segmento conocido como “economía colaborativa” a nivel mundial. El crecimiento de todos estos servicios turísticos, educativos, sanitarios o transporte, denominados online-to-offline u O2O, también van a contribuir significativamente al crecimiento del e-commerce en China. El consumo privado es, desde hace tiempo, una nueva realidad que nadie debe ignorar en China. Ya supera el 50% en proporción del PIB. Y, en estos momentos, aporta a la tasa de crecimiento del PIB un 60%.