Sin embargo, este año, el Yuan ha superado al Dólar de Canadá. Y, según los registros del banco francés NATIXIS, pronto podría superar a la Libra o al Yen de Japón. “Las limitaciones inherentes al control en la balanza de capitales limitan bastante el uso del Yuan”, señala Huo Deming, del China Center of Economic Research, a DIRIGENTES. Cuando el Yuan sea plenamente convertible en los mercados de divisas, según este experto, acabará equiparando su importancia a otras monedas como Dólar o Euro.

Como depósito de valor, la tenencia de activos en yuanes se ha triplicado en los últimos cinco años, según NATIXIS. Su presencia como moneda de reserva, en los bancos centrales, ha superado el 2% sobre el total mundial. Y algunos contratos ligados al petróleo, comercializados en la bolsa de Shanghai, ya se denominan en yuanes.

China lleva varios años incrementando su importancia en materia de comercio internacional. Su peso sobre las exportaciones mundiales totales ha pasado del 4.3% al 10.3% desde 1998. Ha superado a EEUU, de hecho, que ha caído del 12.5% al 8.7%. Y esto, a la hora de pagar, incrementa claramente la preferencia por el Yuan.

Por último, el Yuan digital (o e-Yuan), deberá ser una realidad antes de 2025. Su uso facilitará, fundamentalmente, las transacciones comerciales con China. Y, al ser una proporción creciente del comercio internacional, es probable que la aceptación del Yuan siga aumentando. En la práctica, el e-Yuan contribuirá notablemente a reducir todo tipo de actividades ilegales, las cuales se financian con dinero en efectivo. Y, al quedar todo electrónicamente registrado, también será posible hacer un mejor seguimiento de las transacciones offshore. La internacionalización del Yuan, sin pretender reemplazar a otras divisas de referencia mundial como Euro o Dólar, sigue tomando forma tras un difícil 2020.