Facebook y Google protagonizan los dos últimos ejemplos de filtraciones masivas de datos personales en Internet. Con millones de personas afectadas, la paciencia de las instituciones europeas se ha terminado por la falta de seguridad que muestran los gigantes tecnológicos estadounidenses. La consultora Cambrigde Analytica obtuvo de manera inapropiada los datos de 2,7 millones de […]
InternacionalDirigentes Digital
| 15 oct 2018
Facebook y Google protagonizan los dos últimos ejemplos de filtraciones masivas de datos personales en Internet. Con millones de personas afectadas, la paciencia de las instituciones europeas se ha terminado por la falta de seguridad que muestran los gigantes tecnológicos estadounidenses.
La consultora Cambrigde Analytica obtuvo de manera inapropiada los datos de 2,7 millones de usuarios de Facebook en la UE. Google acaba de anunciar el cierre de su red social tras detectar un bug, un agujero en sus entrañas informáticas, que ha expuesto datos personales a las aplicaciones que actuaban en ese Google+. La empresa no puede confirmar “qué usuarios se vieron impactados por este bug” pero sí reconoce que “los perfiles de hasta 500.000 cuentas de Google+ fueron potencialmente afectadas”.
LAS SANCIONES QUE PUEDEN CAER
La Comisión Europea lleva dos años negociando sin éxito con Facebook para que refuerce sus políticas de privacidad y proteja a sus usuarios. La comisaria de Justicia, la liberal Vera Jourova, se declara “impaciente” y exige a la compañía que corrija los problemas antes de finales de año. “Si no vemos progresos, tendrá que haber sanciones. No podemos negociar indefinidamente, queremos resultados”, avisa Jourova.
Desde finales de mayo, la UE cuenta con una nueva legislación para aplicarlas. Es la GDPR o Regulación para la Protección de los Datos Generales en sus siglas en inglés, la que provocó que los ciudadanos europeos viviesen antes del verano un bombardeo de correos electrónicos con peticiones sobre su autorización para permanecer en las bases de datos de empresas, ONGs o fundaciones. Esta regulación incluye sanciones a las empresas por la falta de control en el manejo de los datos personales. Sólo falta que Bruselas apriete el gatillo.
Las nuevas reglas permiten imponer multas de hasta el 4% en los ingresos globales de una empresa si ha vulnerado o permitido el uso ilícito de los datos de sus consumidores. Las sanciones también pueden ser una suspensión temporal de las operaciones de estas redes sociales, buscadores de internet o de los minoristas online en el mercado único europeo.
Giovanni Buttarelli, Supervisor europeo de Protección de Datos, advirtió recientemente que “espera las primeras multas de la GDPR en algunos casos antes de finales de año. No necesariamente multas, pero amonestar a los controladores, imponer prohibiciones preliminares o una suspensión temporal”. La Comisión de Protección de Datos de Irlanda mantiene abierta una investigación formal contra Facebook que podría terminar en multa histórica de hasta 1.400 millones de euros. Está analizando si la red social tomó las medidas de seguridad necesarias para procesar los datos personales de sus usuarios.
El reciente escándalo en Google+ aumenta aún más la presión y en los reguladores nacionales que velan por la protección de datos se acumulan denuncias formales contra la tecnológica fundada por Larry Page, contra Facebook, Instagram o WhatsApp. Como ejemplo, Francia o Italia han recibido un 53% de quejas de los consumidores desde el año pasado.
¿UN PELIGRO PARA LA DEMOCRACIA EUROPEA?
La red de Mark Zuckerberg cuenta con 380 millones de usuarios en la UE, más que en Estados Unidos, y en abril aplicó unas nuevas condiciones de uso que implicaban la cesión de datos a empresas terceras o quedarse con el copyright de cualquier foto o contenido subido.
El Parlamento Europeo acaba de pedir su auditoría completa dirigida desde Bruselas para comprobar si protege los datos de sus usuarios y las medidas puestas en marcha para impedir posibles injerencias en las elecciones del continente a través de las redes sociales. “Facebook es una herramienta de comunicación increíblemente útil, sin precedentes”, explica Claude Moraes, eurodiputado británico, presidente de la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior, “pero tenemos grandes preocupaciones sobre la manera en que impacta en nuestra democracia”.
La UE está a punto de iniciar la extensa campaña electoral para los comicios europeos de mayo. Hay demasiado en juego y Bruselas no quiere interferencias cibernéticas desde Moscú ni la masiva utilización ilícita de datos de ciudadanos. Google+ y Camdridge Analytica ponen nombre a esto temores. Moraes los expresa abiertamente. “Hemos visto de manera dramática que, en relación con nuestras propias democracias, ante las elecciones europeas, hay cuestiones muy reales que plantear a Facebook”, dice.
Para esos comicios todas las encuestas muestran que el hegemónico bipartidismo entre populares europeos y socialdemócratas, piloto del proyecto europeo durante décadas, dará paso a nuevos equilibrios de poder. Los liberales apuntan a un gran salto para convertirse en la segunda fuerza en el próximo Parlamento Europeo al incorporar las filas de Emmanuel Macron en Francia o de Ciudadanos en España y, al mismo tiempo, conservadores polacos, patriotas galos de Le Pen, extremas derechas holandeses y francesas parecen unirse en un frente euroescéptico liderado por La Liga italiana de Matteo Salvini, dando lugar a un gran grupo parlamentario. Hay demasiado en juego.