La excepcional situación vivida a lo largo de 2020 ha cambiado los hábitos de consumo de numerosos sectores. La industria de la moda y la belleza no se ha quedado atrás en esta transformación, donde el consumidor doméstico ha cobrado más importancia que nunca. Ahora, sus compras se han vuelto imprescindibles, ya que un gran […]
InternacionalDirigentes Digital
| 29 abr 2021
La excepcional situación vivida a lo largo de 2020 ha cambiado los hábitos de consumo de numerosos sectores. La industria de la moda y la belleza no se ha quedado atrás en esta transformación, donde el consumidor doméstico ha cobrado más importancia que nunca. Ahora, sus compras se han vuelto imprescindibles, ya que un gran número de ciudadanos cada vez presta más atención a las tiendas locales y su actividad ha sido fundamental para evitar el desplome de la facturación.
Las personas han adoptado su comportamiento al momento del año. Según datos facilitados por Kantar, en la etapa pre-COVID, “el porcentaje de evolución del valor en perfumería e higiene era un 2% superior con respecto al año anterior”. Sin embargo, la pandemia provocó un giro radical en las cifras registradas. Esta cantidad se redujo al -18% durante el confinamiento. Y, a partir de aquí, comenzó la recuperación registrando un -10,6% durante la desescalada y un -1,2 a lo largo del periodo conocido como la nueva normalidad, hasta llegar al 6,2% en el último trimestre del año.
La Navidad y algunas fechas señaladas como el Black Friday también contribuyeron a impulsar las ventas en este último periodo, a pesar de que la frecuencia de compra y el gasto que realizaron las personas en cada visita a los establecimientos fuera menor. En esta línea, también es visible la caída de las firmas de lujo debido a que, en muchos casos, sus clientes habituales han optado por otras marcas más económicas.
En este nuevo escenario, el 56% de los españoles “prioriza” las marcas nacionales para apoyar la economía. Para los clientes, cada vez son más importantes los comercios de proximidad, así como el origen de los productos. Por su parte, el nuevo perfil surgido tras la crisis sanitaria es una persona que mide más los gastos no esenciales. “El 61,3% piensa más en ese tipo de desembolso, seguido del 34,9% que ha dejado de comprar algunos productos de fashion y beauty por el precio, frente al 11,5% que sigue comprándolos, aunque no los necesite”, detallan en una nota.
Durante el confinamiento y las sucesivas fases que le sucedieron, los establecimientos especializados también sufrieron las consecuencias de la pandemia, ya que muchos consumidores preferían realizar todas sus adquisiciones en un único local. La proximidad de los supermercados relegó a un segundo lugar a las cadenas de perfumerías, que experimentaron una disminución de un 4,1% en el número de compradores respecto al año anterior.
Así, 31,6 millones de personas optaron por productos de belleza en canales dinámicos como hipermercados y supermercados, frente a los 15,2 millones que lo hicieron en cadenas de perfumería. Mercadona, Carrefour, Lidl, Dia y Alcampo representan los retailers preferidos por los consumidores de este tipo de productos.
De la misma manera que en el resto de ámbitos, durante 2020 las ventas en Internet se han disparado. En el caso de este sector ha supuesto un incremento del 54%, una cifra que representa los 8,4 millones de personas que han adquirido productos beauty el pasado año, con una frecuencia media de tres actos durante todo el ejercicio. A pesar de los datos registrados, las dificultades sufridas debido a la COVID-19 no han impedido que en febrero de 2021 el mundo de la belleza volviera a crecer, alcanzando los 736.000 compradores y aumentando un 0,5% la frecuencia de compra.