El ex ministro de finanzas griego, Yanis Varoufakis, lo explica muy bien en su libro Talking to my daughter about the economy!: Inglaterra es el origen del sistema de mercados que tenemos hoy en día por haber iniciado la agricultura masiva, luego el comercio internacional y en consecuencia la producción industrial. El mismo país que […]
InternacionalDirigentes Digital
| 29 jul 2019
El ex ministro de finanzas griego, Yanis Varoufakis, lo explica muy bien en su libro Talking to my daughter about the economy!: Inglaterra es el origen del sistema de mercados que tenemos hoy en día por haber iniciado la agricultura masiva, luego el comercio internacional y en consecuencia la producción industrial. El mismo país que ha influido mucho en la economía internacional y ha acelerado la globalización con sus colonias se encuentra ahora en una crisis de querer anular su pasado, la integración europea y global por el miedo de perder su identidad nacional. Igual como con la “cuestión catalana”, la “cuestión europea divide Gran Bretaña. Los británicos residentes en España han solicitado al Palacio de La Moncloa, ya el diciembre pasado por medio de las asociaciones Eurocitizens, ECREU y Brexpts, que abra la puerta a la doble nacionalidad tras el Brexit.
Otros ingleses frustrados sobre el radicalismo en su país no quieren esperar hasta que el gobierno de Pedro Sánchez tome una decisión al respecto: devuelven su pasaporte británico y solicitan ya la nacionalidad española. Muchos de ellos dicen que todo el proceso del Brexit se reforzó con los inmigrantes que venían masivamente al Reino Unido, porque la canciller Angela Merkel, en una decisión solitaria, había abierto en 2015 las fronteras europeas. Pero otros dicen que esto ha sido solamente la última gota en un proceso que ya estaba iniciado desde mucho tiempo: la masiva e incontrolada fuga de inmigrantes hacia Europa desde la introducción del euro por la cada vez brecha económica más grande entre el continente africano y europeo. Otra versión de algunas economistas es que mientras la importancia de la UE cada vez era más importante, la presión sobre el Reino Unido de formar parte de este club de países como full member con sus ventajas y desventajas aumentaba. El imperio temía su independencia y optó por el Brexit .
Para los economistas, la gestión de Johnson es autodestructiva
La negación al hecho de “together everyone achieves more” (TEAM) puede costar al Reino Unido más que su buena imagen en la economía internacional. Moody’s espera que un Brexit duro perseguido por Johnson crea un déficit fiscal más amplio, aumentando a 2.5% del PIB en 2022 desde 1.5% en 2018. Se prevé que el crecimiento económico se reducirá a un 1% este año desde un 1.4% en 2018. “La economía continúa altamente dependiente del consumo de los hogares, mientras que las tasas de ahorro netas se mantienen en mínimos de hace 30 años”, escribe la agencia de calificación en su informe. Los flujos de inversión extranjera nuevos en el Reino Unido han disminuido con respecto a 2015.
Independiente de las razones por la caída del poder británico a causa del creciente radicalismo, el Brexit podría ser una ventaja para España y sobre todo para Madrid, que en este momento está experimentando un récord de inversiones extranjeras. Aunque Standard & Poor’s cree que Londres seguirá también después del Brexit el centro financiero de la UE 3.038 millones de euros llegaron a Madrid desde Reino Unido en 2017. En los nueve primeros meses de 2018 la inversión británica alcanzó los 1.536 millones de euros. En total, el 9,6% de la inversión extranjera que ha recibido la región en estos dos años. Una treintena de empresas se han trasladado desde Londres a Madrid en el mismo periodo. Además, hay muchos otros aspectos indirectos que aprovecha España con el pre-Brexit, porque su economía no es tan internacional como la alemana y tampoco hay tantas producciones españolas en el Reino Unido.
Un provocador peligroso, que podría conseguir lo contrario de lo que quiere
Al igual que Donald Trump, Johnson se apoya en un creciente grupo de británicos, entre ellos también algunos de origen extranjero, que quieren ver a Gran Bretaña grande otra vez y que temen la globalización y la consecuente integración de otras culturas. Pero diferente a Trump en grandes líneas con Johnson es coherente con lo que dice en relación con el Brexit, lo que algunos de sus partidarios aprecian mucho. Incluso como joven periodista, criticó a la UE, aunque era hijo de un ex empleado de la Comisión Europea que creció temporalmente en Bruselas antes de ir a escuelas de élite en el Reino Unido. En la campaña de referéndum previa a la UE, Johnson, entonces alcalde de Londres, estuvo entre los que elogiaron el Brexit como un gran proyecto. El inglés nacido en EEUU no confía en lo multicultural.
Su desconfianza hace que Gran Bretaña pierde con el Brexit muchos accesos a tratados del libre comercio que tenía con la UE, lo que a las empresas británicas les va a costar cuota de mercado. La economía europea espera ahora, según el director gerente de la asociación alemana de ingeniería VDMA, Thilo Brodtmann, que la política de Johnson sea diferente de su retórica anterior: “Pero de todos modos las empresas deben continuar preparándose para un final de Brexit duro en octubre”. Esto son muchos gastos para las empresas británicas. El Tribunal de Cuentas del Reino Unido advierte de una recesión y un agujero de mil millones de euros en el presupuesto estatal en el caso de un Brexit duro.
El sector bancario británico parece estable
A pesar de todo el ruido sobre el Brexit y la elección de Boris Johnson como primer ministro, un informe de Landesbank Baden-Württemberg (LBBW) confirma que en el sector bancario en el Reino Unido es lo suficiente estable para poder resistir cualquier escenario. En el stresstest del Banco de Inglaterra HSBC, RBS, Barclays y Lloyds, las mayores entidades aguantaron las diferentes situaciones de riesgos. El intelectual griego Varoufakis ha entendido que Europa no tiene siempre la culpa si las economías nacionales ya no tiran como antes y tampoco es el Brexit el origen de los males que sufre por ejemplo Alemania. Pero igual que Johnson y los muchos eurocríticos dentro de la UE cree que no toda suerte nacional puede depender de lo que dicta Bruselas. Los griegos son tan orgullosos como los ingleses e igual de rebeldes a veces. Así entre un casi marxista como Varoufakis y un radical como Johnson no hay tanta diferencia al final. Las dos defienden en ultima ratio siempre intereses nacionales.