Con tiempos disímiles de vida (tres décadas el primero y siete años el segundo), el Mercosur y la Alianza del Pacífico reunieron por primera vez a los presidentes de sus ocho naciones en la última semana de julio en Puerto Vallarta, México.

Los mandatarios salieron de allí con el compromiso de acelerar los tratados de libre comercio entre sus países (Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay - Chile, Colombia, México, Perú) y consolidar una estrategia común en un “escenario internacional desafiante”.

Tal escenario incluye la beligerancia comercial de Donald Trump manifestada a través de la imposición de aranceles al acero, al aluminio y a una serie de productos, sus declaraciones de hostilidad a países vecinos y sus amenazas de anular acuerdos comerciales.

Ruta y acciones

"El objetivo fue fortalecer el vínculo entre los bloques más importantes de América Latina", dijo el presidente de México, Enrique Peña Nieto. Se pasó de "una hoja de intenciones a un plan con metas y plazos", destacó su homólogo de Chile, Sebastián Piñera.

“Estamos muy cerca de una zona de libre comercio, algo que muchas veces pasa desapercibido”, complementó Aloysio Nunes, canciller de Brasil. El argentino Mauricio Macri envió a un ministro, pues decidió acudir a la X Cumbre de los BRICS, en Johannesburgo.

Los países acordaron reuniones semestrales para avanzar en un plan que incluye la eliminación de barreras no tarifarias, integración de cadenas de valor, impulso a la internacionalización de las pymes y la definición de una agenda digital, entre otros puntos.

Convergencia

El Mercosur salió también del encuentro con un protocolo firmado con Colombia para “ampliar la variedad del comercio y aumentar la seguridad jurídica en los negocios entre las naciones”, dijo el Ministerio de Comercio de Brasil en un despacho.

Este acuerdo prevé aspectos que van desde el acceso al mercado al movimiento de personas prestadoras de servicio, incluyendo también combate a la corrupción, servicios financieros, telecomunicaciones, transferencia de capital y convenios bilaterales, entre otros.

En la cumbre se debatió la “Visión Estratégica hacia 2030” para orientar la definición de metas del bloque en línea con los objetivos del Desarrollo Sustentable de Naciones Unidas, agregó el servicio internacional de informaciones de Brasil.

Mirando al Pacífico

El diálogo entre ambos bloques, los más importantes proyectos de integración regional en América Latina, comenzó en 2014. Sus ocho países responden por casi el 90% del PIB latinoamericano y de inversiones extranjeras directas (IED), destaca su servicio de prensa.

El comercio entre ambos bloques llegó a 35.300 millones de dólares en 2017, un 18% más que el año anterior, según documentos emanados de la cumbre. De ese total, 25.000 millones correspondieron al comercio de Brasil con la Alianza del Pacífico.

Por último, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y Singapur podrían agregarse aún este año como estados asociados de este último bloque, que ha recibido también las peticiones de Ecuador y Corea del Sur para ingresar.