Más de 755.000 personas y las empresas para las que trabajan permanecen pendientes de la negociación que comienzan este viernes el Gobierno y los agentes sociales para renovar los ERTE. Fue en septiembre cuando todos ellos acordaron extender esta herramienta hasta el 31 de enero, pero el tiempo ha vuelto a echarse encima mientras la […]
NacionalDirigentes Digital
| 05 ene 2021
Más de 755.000 personas y las empresas para las que trabajan permanecen pendientes de la negociación que comienzan este viernes el Gobierno y los agentes sociales para renovar los ERTE. Fue en septiembre cuando todos ellos acordaron extender esta herramienta hasta el 31 de enero, pero el tiempo ha vuelto a echarse encima mientras la pandemia no da tregua.
Hasta ahora, se ha acordado dar dos prórrogas, la que llevó los ERTE del 30 de junio al 30 de septiembre, y la última, que puso como fecha límite el final de enero. Los agentes sociales se han mostrado partidarios de extender en lo posible el horizonte temporal, mientras que el Gobierno ha preferido ir haciendo prórrogas más cortas, por el temor de dar una especie de carta blanca a las empresas.
Según los últimos datos del Ministerio de Seguridad Social, en diciembre descendió el número de trabajadores en ERTE. En concreto, la reducción fue de 95.000 personas que, por otro lado, muestran el impacto de la nueva escalada de la pandemia en el empleo. En octubre, cuando los contagios dieron un respiro, las altas de personas en ERTE alcanzaron las 676.905, unas 75.000 personas menos de las que se encuentran inmersas en este mecanismo en la actualidad.
Es por eso que los sindicatos verían con buenos ojos extender la medida durante la primera mitad del año, coincidiendo con el final del estado de alarma (el 9 de mayo) y la posible vacunación de una parte significativa de los españoles. No obstante, cabe considerar el precio de esta medida, que en noviembre, el último mes para el que se tienen datos, ascendió a 781 millones de euros, de modo que desde abril se acumulan ya 14.173 millones de euros.
Aunque los costes de estas prestaciones están descendiendo, el Ministerio de Trabajo ve cómo se acerca a los 20.000 millones de euros que España solicitó del SURE, el fondo europeo creado para financiar este apoyo temporal a la flexibilidad del empleo. Por ello, la institución que dirige Yolanda Díaz se ha negado hasta ahora a revisar las condiciones para un periodo prolongado.
Sin embargo, es de esperar que se firme una nueva prórroga que no cambie demasiado los detalles de los anteriores acuerdos. “Las piezas clave están ya muy consolidadas y no cabe esperar enormes cambios en la manera de abordarlo”, expresó recientemente el secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey. La intención es la de “analizar la situación económica y la evolución en los próximos meses” para adaptar el mecanismo a la nueva realidad.
En cualquier caso, hay que recordar que las rebajas en las cotizaciones sociales han sido decrecientes en cada mes, por lo que resultaría paradójico que una empresa que continúe en ERTE vuelva a poder beneficiarse de esos descuentos. De ese modo, se puede esperar que el Gobierno opte por ofrecer incentivos a las empresas que desactiven los ERTE, más que por nuevas rebajas.
Lo que sí quiso aclara Pérez Rey es que las reuniones sobre la subida del SMI y los ERTE son totalmente distintas. La patronal consiguió salirse con la suya en la anterior negociación, a pesar de las amenazas del Gobierno de subir el salario mínimo sin acordarlo con las empresas. No obstante, la necesidad de la patronal de renovar los ERTE podría ser una bala en la recámara del Ministerio de Trabajo para conseguir elevar el SMI. Preguntado por este asunto, el secretario de Estado de Empleo aclaró que son “elementos diferentes” sin que ello signifique que puedan mezclarse en algún momento de la negociación: “No son compartimentos estanco”.