A diferencia de Occidente, la rata es un animal respetado en China. Esta cultura milenaria la asocia a la sabiduría, la astucia y la riqueza material. También a los cambios y a la superación de cualquier adversidad. Las ratas están acostumbradas a habitar lugares nada acogedores que les hacen desarrollar una gran resiliencia. Precisamente este […]
NacionalDirigentes Digital
| 04 feb 2020
A diferencia de Occidente, la rata es un animal respetado en China. Esta cultura milenaria la asocia a la sabiduría, la astucia y la riqueza material. También a los cambios y a la superación de cualquier adversidad. Las ratas están acostumbradas a habitar lugares nada acogedores que les hacen desarrollar una gran resiliencia. Precisamente este 2020 -que coincide con el año de la rata de metal- la capacidad de adaptación de China ha sido puesta a prueba. El devastador coronavirus, que ha conducido a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a decretar la emergencia sanitaria internacional, contabiliza más de 24.000 casos en todo el mundo y se ha cobrado la vida de casi 500 personas con China como foco principal.
Entre otras cosas, la festividad del Año Nuevo Chino es conocida por ser una de las mayores migraciones que se producen a nivel mundial. Sin embargo, esta vez no ha ocurrido así. El temor a la rápida propagación del virus ha llevado a cerrar importantes destinos con su correspondiente repercusión en el turismo. Según datos extraídos de un estudio realizado por STR en colaboración con Cushman & Wakefield, entre el 14 y el 26 de enero, la ocupación de los hoteles del país asiático se ha desplomado un 75% y la demanda de habitaciones apenas ha alcanzado el 17% en la última semana.
En este sentido, la firma española Meliá ha reconocido una ocupación muy baja en los cinco hoteles con los que cuenta allí. No obstante, al estar operados bajo contrato de gestión hotelera, aseguran que el impacto en sus resultados será “muy limitado”. “Todos nuestros hoteles tienen ya implantados planes de contingencia, tanto desde el punto de vida de la salud pública como en su operación cotidiana, ajustando y concentrando los servicios y el personal como aconseja la situación actual”, comentan en un comunicado. Asimismo, la compañía encabezada por Gabriel Escarrer también ha anunciado que no cobrará gastos de cancelación de las reservas.
Cadenas estadounidenses como Marriot o Hyatt son algunas de las más afectadas por esta situación, dada su elevada exposición en China. Mientras que en el primer caso, el 7,5% de los ingresos totales obtenidos el ejercicio pasado procedían de ese país, en el segundo caso, la cifra asciende hasta el 10%, apunta Citi.
Tampoco es baladí el impacto que va a registrar el sector turístico en EEUU que, según el citado informe, será el mercado más perjudicado, al tratarse del destino más importante para los chinos fuera de Asia. En concreto, se estima que la limitación de los viajes va a repercutir en una pérdida de 4,6 millones de pernoctaciones que se traducen en 6.000 millones de dólares (alrededor de 5.440 millones de euros). Para esta estimación, la consultora ha tenido en cuenta cómo repercutieron en el mercado hotelero otros acontecimientos como el de la gripe aviar hace una década.
La situación se produce en un momento nada bueno para la industria hotelera norteamericana. Durante 2019, los ingresos por habitación disponible (RevPAR) crecieron un 0,7%, en línea con la desaceleración de la economía a nivel global, tendencia “que suele empezar en EEUU y luego se traslada al resto del mundo”, subraya el country manager para España y Portugal de STR, Javier Serrano. En Asia esta cifra se ha situado en el 3,3%, mientras que en Europa ha experimentado un aumento del 2,2%.