En su apuesta por la pequeña y mediana empresa, el Banco Europeo de Inversiones (BEI) y Banco Santander han firmando un acuerdo para brindar financiación a este segmento del tejido empresarial español.

En concreto, a través de un instrumento que permite compartir riesgos entre ambas instituciones, el organismo comunitario participará en una cartera de préstamos a empresas valorada en 250 millones de euros gracias al Fondo Europeo para Inversiones Estratégicas (FEIE), facilitando así que la entidad cántabra pueda otorgar líneas de crédito por importe de 500 millones de euros con el objetivo de financiar las inversiones de las pymes.

Se trata de ayudas respaldadas con el apoyo del Plan de Inversiones para Europa (Plan Juncker) que permite al BEI financiar proyectos que, por su estructura o naturaleza, disponen de un particular valor añadido y un perfil de riesgo más elevado. Y aunque no las especifican, sí precisan que las cuantías percibidas contarán con "condiciones favorables" de financiación, tanto en términos de plazos de amortización como en tipos de interés.

Con esta iniciativa, el BEI persigue "fomentar" la competitividad de las empresas españolas e impulsar así el "crecimiento económico y la creación de empleo". Según asegura en una nota la vicepresidenta del BEI, Enma Navarro, el año pasado este órgano destinó el 57% de su financiación total a España.

"Es un excelente ejemplo de cómo los instrumentos financieros garantizados por la UE ayudan a atraer inversiones del sector privado para nuestros emprendedores y sus proyectos", señala por otro lado el vicepresidente de la Comisión y responsable de Fomento del Empleo, Crecimiento, Inversión y Competitividad, Jyrki Katainen.

Con esta alianza, BEI y Banco Santander suman dos acuerdos de este tipo. El anterior, otorgado también con el apoyo del Plan de Inversiones para Europa ha beneficiado a más de 3.500 empresas con un montante medio de 180.000 euros. Además, alrededor de un 30% se ubican en regiones de convergencia.

El citado FEIE, uno de los principales pilares del Plan Juncker, facilita al BEI la posibilidad de inversión en proyectos de mayor riesgo gracias a su dinámica, que proporciona garantías a primeras pérdidas. Según sus estimaciones, se prevé que movilicen unos 335.000 millones de euros en inversiones y apoyen a 700.000 pymes de los Estados Miembros.