Tras la dimisión de Boris Johnson como primer ministro del Reino Unido, los conservadores tuvieron que buscar un nuevo residente del 10 de Downing Street. Tras un breve proceso, Lizz Truss resultó ser la elegida para asumir el reto y recibió el apoyo de la ya fallecida Isabel II. Pero, tras 44 días en el […]
Tras la dimisión de Boris Johnson como primer ministro del Reino Unido, los conservadores tuvieron que buscar un nuevo residente del 10 de Downing Street. Tras un breve proceso, Lizz Truss resultó ser la elegida para asumir el reto y recibió el apoyo de la ya fallecida Isabel II. Pero, tras 44 días en el puesto, Truss anunció su dimisión convirtiéndose en la primera ministra que menos tiempo ha durado ocupando este puesto de poder.
La dimisión de Truss es de carácter puramente económico. Y es que, la ya ex primera ministra llegó al poder queriendo recortar los impuestos sin un plan de recorte de gasto que compensase ese recorte de los ingresos. El mercado, tras este anuncio, comenzó a ponerse nervioso, la libra sufrió una corrección del 20% y los bonos soberanos comenzaron a hacer lo propio dejándose más de un 21%. Algo que obligó al Banco de Inglaterra ha cambiar su política para dar tranquilidad a los mercados.
“El mandato de Truss será recordado por la "Trussonomics", el nefasto experimento de vastos recortes fiscales sin financiación que se disfrazó de reforma por el lado de la oferta. El ahora infame evento fiscal del 23 de septiembre desencadenó semanas de agitación en la política y los mercados, y en última instancia la desaparición de Truss. La sustitución de Kwasi Kwarteng por Jeremy Hunt como canciller la semana pasada contribuyó a disipar los temores del mercado, pero el brusco giro de las políticas de Truss por parte del nuevo canciller acabó por hacer insostenible su posición”, señala Modupe Adegbembo, G7 economist en AXA Investment Managers.
Lo cierto es que el mercado ha tomado la salida de Truss con alivio, con subidas de la libra y con una moderación de los Gilts. “Por el momento, los inversores han respondido positivamente a la dimisión. La libra esterlina ha subido tanto frente al dólar como frente al euro, mientras que los Gilts de referencia a 10 y 30 años han visto caer sus rendimientos (los precios han subido), y han superado a otros bonos del Estado en el día”, explica Azad Zangana, economista y estratega senior para Europa de Schroders.
“No esperamos que este conocimiento mueva masivamente el mercado, a menos que algunos de los candidatos sean considerados más radicales en términos de su perspectiva fiscal, lo que parece poco probable. Los momentos más importantes serán los Presupuestos del día 31, el inicio del endurecimiento cuantitativo el 1 de noviembre y la larga lista de decisiones de los bancos centrales de los mercados desarrollados que se producirán en las próximas dos semanas -en China, Europa, Japón, Australia, EE.UU. y el Reino Unido- tras los datos de inflación al alza publicados recientemente”, añade Orla Garvey, gestora senior de carteras de renta fija de Federated Hermes Limited.
Los conservadores tienen un mandato para liderar hasta enero de 2025 y es difícil ver un camino por el que los diputados tories individuales renuncien a ello. Sin embargo, seguirán existiendo dudas sobre la legitimidad democrática del nuevo primer ministro, el tercero en cuatro meses y el segundo que asume el cargo sin elecciones generales. El sistema parlamentario del Reino Unido no exige unas elecciones generales para cambiar de Primer Ministro, pero dirigirlo sin un mandato público dejará al nuevo jefe del Ejecutivo y a su partido en una situación de vulnerabilidad.
Finalmente, el Partido Conservador celebrará ahora un proceso, empezando por los miembros del partido parlamentario que votarán y eliminarán a los posibles candidatos, hasta que queden dos. El proceso se acelerará y terminará a finales de la próxima semana (28 de octubre de 2022). Si la contienda arroja dos candidatos claramente opuestos, se celebrará una votación entre los miembros del partido, que probablemente durará otras 4-5 semanas.