El escenario macroeconómico es poco alentador con la inflación en máximos de los últimos cuarenta años y con un crecimiento que se ralentiza. De ello hablamos con Salvador de Miguel, congestora de Belgravia Capital (Singular AM). La recesión es una palabra que vuelve a estar encima de la mesa porque se espera que Estados Unidos […]
DeudaEl escenario macroeconómico es poco alentador con la inflación en máximos de los últimos cuarenta años y con un crecimiento que se ralentiza. De ello hablamos con Salvador de Miguel, congestora de Belgravia Capital (Singular AM).
Es verdad que se suele considerar que un país está en recesión cuando reporta dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo. Pero, nosotros no creemos que se den ahora los requisitos para hablar de que la economía esté en recesión. Y es que, el empleo sigue muy fuerte, los salarios siguen subiendo, el consumo también sigue muy fuerte y no se ha visto un impacto grande en el mercado de crédito. Sí que se ha deteriorado el comercio exterior. Pensamos que la recesión se materializará en la primera mitad del 2023.
Todo el mundo tiene claro que vamos a una recesión, lo que no tiene nadie claro es cómo va a ser esta recesión. A diferencia de la que vivimos en 2008, esta vez no se debe a una crisis inmobiliaria y financiera, en este momento estos dos sectores están bastante más sanos. Al mismo tiempo, el nivel de endeudamiento privado también se ha reducido en estos últimos diez años. Lo que hemos visto en este tiempo es un cambio del endeudamiento del sector privado al sector público. Dicho esto, no sabemos cómo será la recesión, pero el escenario posterior será el de un crecimiento mucho más bajo y moderado. Además, en Europa nos encontramos en una crisis energética sin precedentes, algo que hará que la recesión aquí sea diferente a la de Estados Unidos.
Hay mucha incertidumbre. Hace apenas un año se hablaba de que la inflación iba a ser transitoria y las estimaciones de los analistas señalaban que a finales de 2022 íbamos a ver cifras de inflación del 2%. Por eso, siempre es complicado predecir un escenario. Pero, después de Jackson Hole se prevé que las bajadas de tipos no lleguen hasta, posiblemente, el año 2024. Lo que quiero decir es que pelear contra la inflación es mucho más difícil. Así, lo que cabe esperar es que los bancos centrales busquen desacelerar la demanda y provocar una recesión para combatir la inflación.
Esperamos que no sea como en 2011 y 2012. Lo que parece probable es que los gobiernos puedan optar por políticas fiscales expansivas, algo que puede provocar que el Banco Central Europeo tenga que intervenir para hacer que el mercado de crédito, y en especial los diferenciales, se mantengan en niveles estables.