Las materias primas, en su conjunto, han sido uno de los activos que más se han revalorizado en los últimos doce meses. De hecho, algunas como el gas natural se ha disparado un 175%, el petróleo un 65% y hasta el algodón y el níquel han subido por encima del 60%. Con este escenario, es […]
Materias primasLas materias primas, en su conjunto, han sido uno de los activos que más se han revalorizado en los últimos doce meses. De hecho, algunas como el gas natural se ha disparado un 175%, el petróleo un 65% y hasta el algodón y el níquel han subido por encima del 60%. Con este escenario, es normal que los inversores se pregunten si tiene sentido refugiarse en las materias primas para capear la inflación. Y, especialmente, para poder minimizar las caídas que están dándose en los principales mercados de renta variable.
“Históricamente, las materias primas han generado rentabilidades reales positivas, además de mostrar una elevada correlación con la inflación y una correlación relativamente reducida con la renta variable, por lo que proporcionan beneficios considerables para una cartera ampliamente diversificada. Los inversores deberían analizar cómo una asignación a esta clase de activos tiene el potencial para reducir las repercusiones de los repuntes de la inflación que la economía podría experimentar a lo largo del tiempo”, sostienen desde MFS Investment Management.
Con los datos en la mano, en los periodos de mayor inflación a partir de enero de 1973, las materias primas han obtenido rentabilidades significativamente superiores a las de la renta variable y la renta fija. En periodos de inflación elevada y en aumento, las materias primas registraron una rentabilidad media del 29,2%, por lo que batieron a la renta variable y a la renta fija en un 18,8% y en un 23,5%, respectivamente. La rentabilidad superior de las materias primas fue menos marcada en periodos de inflación elevada y en disminución. Por el contrario, cuando la inflación se situaba por debajo del 3%, las materias primas cosecharon rentabilidades significativamente inferiores a las de la renta variable y la renta fija
Pese a lo que se pueda pensar, el oro y la plata no se están comportando como cabría esperar, aunque están rozando máximos. "La retórica de halcón de algunos funcionarios de la Fed es la razón por la que el oro aún no ha alcanzado un máximo histórico" (en dólares). Sin embargo, Ned Naylor-Leyland, responsable del área de Oro y Plata de la gestora británica Jupiter Asset Management, advierte que "el oro podría enfrentarse a algunos vientos en contra a corto plazo, ya que los tipos reales han subido y se han vuelto positivos recientemente".
Sin embargo, Bert Flossbach, cofundador de Flossbach von Storch, comenta que “el oro contribuye de forma importante a la seguridad de una cartera. Debido a la compleja situación geopolítica y, en particular, al alto nivel de inflación, el oro ha adquirido mayor importancia como medio de diversificación. Mientras los rendimientos de los bonos sean inferiores a la tasa de inflación prevista a largo plazo, nos parece razonable asignar un mayor peso al oro que en el pasado”.
Más allá del oro, el sector metalúrgico – metales industriales – se puede ver más beneficiado en el largo y corto plazo debido al actual escenario. “Los precios de muchas materias primas van a mantenerse en niveles elevados durante años, como consecuencia del reducido volumen de inversión en el sector desde el año 2015. El problema se ha visto agravado por el hecho de que hoy en día se tarda más en lanzar nuevos proyectos de minería”, comentan Lisa Thompson, Gestora de renta variable, Douglas Upton, Analista de inversión en renta variable, Stephen Green, Economista, Capital Group.
Finalmente, según estos expertos dentro de las materias primas, las grandes empresas mineras pueden ser una buena oportunidad de inversión que se beneficie de forma directa del actual entorno. “Pensemos en la capitalización de mercado de las siete mayores compañías mineras del mundo. Ni siquiera sumando las siete nos acercamos al valor de mercado de una compañía de la nueva economía, como podría ser Tesla. El fabricante de automóviles necesita ciertos materiales refinados, como el níquel, para fabricar sus baterías de iones de litio. Tanto es así, que el director general de Tesla, Elon Musk, ya señaló mucho antes de que Rusia invadiera Ucrania que el acceso al níquel era uno de sus mayores problemas de producción”, sostienen Thompson y Green.
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