Los últimos meses están resultando desconcertantes en los principales aeropuertos de España. Las aerolíneas y el Ministerio del Interior mantienen un conflicto desde entonces ante el colapso de los filtros en los pasaportes de los usuarios, hecho que se da especialmente en uno de los aeropuertos con mayor tráfico diario, el de Adolfo Suárez Madrid-Barajas. […]
Dirigentes Digital
| 08 jun 2022
Los últimos meses están resultando desconcertantes en los principales aeropuertos de España. Las aerolíneas y el Ministerio del Interior mantienen un conflicto desde entonces ante el colapso de los filtros en los pasaportes de los usuarios, hecho que se da especialmente en uno de los aeropuertos con mayor tráfico diario, el de Adolfo Suárez Madrid-Barajas.
Barajas es el escenario de horas de atascos y colas de los viajeros que se aglutinan para viajar, por ocio, necesidad y también por trabajo. Los controles de fronteras ejecutados y la revisión pertinente de la documentación, está propiciando (sobre todo) retrasos en aquellos viajeros internacionales.
Fue a comienzos de esta semana cuando Iberia, principal aerolínea española, dio un ultimátum a Interior denunciando que las cifras de pasajeros que habían perdido sus vuelos habían alcanzado los 15.000. La compañía acecha el problema a la escasez policial en los embudos de control y acceso a los vuelos.
Ni las imágenes de cientos de pasajeros ni la advertencia de Iberia, frenó a la delegación de Marlaska en desmentir lo que estaba ocurriendo, acusando a la compañía aérea de inventarse datos y difundirlos. Sin embargo, no dudaron en alegar que, a partir del próximo 20 de junio, el número de policías se incrementaran a 500 efectivos en las principales terminales.
La Confederación Empresarial de Madrid (CEIM), a través del presidente de la patronal madrileña, Miguel Garrido, daba la voz de alarma ante lo grave de la situación. No solo los pasajeros están perdiendo vuelos y, por ende, dinero, sino que son estos turistas los que el turismo español necesita para recuperar una de las actividades más afectadas por la pandemia.
También el propio alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, no tardó en exigir al ministro de Interior Fernando Grande-Marlaska, una solución inmediata que garantice la calidad y seguridad de los turistas que llegan al país.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se dirigía asimismo a la Delegación del en busca de una medida efectiva que no perjudique tan seriamente la marca España, y más concretamente a los proyectos empresariales del país y Madrid como ciudad en la que se encuentra el principal aeropuerto.
A pesar de los continuos esfuerzos del Gobierno por desmentir la tensión que se está viviendo en Barajas, los propios pasajeros no tardaron en sacar a la luz imágenes de las kilométricas colas en las adunas aeroportuarias. Diferentes asociaciones de consumidores han declarado el incremento de reclamaciones de afectados por las pérdidas de los vuelos ante las interminables filas de espera en los controles del aeropuerto.
2022 es la prueba de fuego para la recuperación de la total normalidad post pandémica. Tras años de una apocalíptica realidad, el tejido empresarial español ansía una necesaria y paulatina recuperación. Proceso que se está viendo empañado por una sucesión de acontecimientos tales como la inflación o el reciente problema aeroportuario.
La creciente preocupación ante la situación que se está viviendo en los principales aeropuertos españoles, está tensando especialmente al turismo, uno de los sectores fundamentales para la economía de España. De no poner medidas inmediatas para que la fluidez en los controles policiales se tornen efectivos, sería otro mazazo para el empresario turístico.
Así expresaba la contrariedad Garrido: “se trabaja duro para que el turista sea de mayor calidad y aporte un mayor gasto durante su estancia en España”. No obstante, el caos de los aeropuertos en últimos meses va en sentido contrario a este camino de recuperación.
La llegada de los turistas británicos, en estos meses de verano sobre todo, podría estar suponiendo un impedimento a esta recuperación. A raíz del Brexit, los pasajeros procedentes de Reino Unido son considerados extracomunitarios por lo que se ven obligados a pasar más controles y, por tanto, se estarían produciendo más atascos en las colas de viajeros. El departamento de Marlaska también lo ha negado, alegando que no existe riesgo alguno de colapso por la llegada masiva de ciudadanos británicos.