No cabe duda de que los mercados de crédito corporativo se enfrentan de manera generalizada a una situación critica y a un desafío de liquidez, dado que los spreads se han ampliado hacia niveles que no se habían visto desde la crisis financiera de 2008. “Ninguna clase de activo de renta fija o bonos con calidad crediticia se han salvado de la liquidación”, recuerdan Michael McEachern y Erick Muller, de Muzinich & Co, quienes aseguran que “los mercados de crédito corporativo se enfrentan a tres shocks mayores: volatilidad, convexidad y liquidez”.
A su juicio, los diferenciales actuales “reflejan ahora una recesión profunda para los dos primeros trimestres de 2020 y un riesgo significativamente más alto de default o de rebaja de calificación”. Se trata, por tanto, en general, de una situación complicada pero, si se asume riesgo, ¿puede comenzar mirarse al segmento de high yield si se es muy selectivo?
Qué hacer con el high yield
Félix Lópex, director de inversiones de atl Capital, subraya que en las últimas semanas “el high yield americano se ha ido casi 1.000 puntos básicos y 900 y pico el europeo, solo los hemos tenido por encima en el año 2008”. Considera que los diferenciales se pueden ampliar aún algo más, lo que “llevará indefectiblemente a que veamos un aumento muy significativo de las tasas de impago muy ligadas a tres sectores: energético americano (presionadas también por el bajo precio del petróleo), el sector de consumo y el de ocio y turismo”. Es por ello que, de cara a tomar posiciones en este activo recomienda “esperar un poco más” y cree que “la clave será que EE.UU. llegue al pico de contagios y fallecimientos por Covid-19”.
De igual opinión es Diego Fernández Elices, director de inversiones de A&G Banca Privada. “Preferimos esperar de momento porque creemos el deterioro puede ser algo mayor antes de empezar a corregirse definitivamente y las rentabilidades a vencimiento son tal altas que no nos importa perdernos el principio de la recuperación, si es que ya estuviera aquí, a cambio de invertir con mayor seguridad”. En definitiva, el mensaje es de cautela “porque pensamos que puede haber todavía algún problema de liquidez e impagos y el mercado necesita asentar”.
Este experto recuerda que cuando en el pasado los bonos high yield han estado en una situación como la actual en términos de diferencial de crédito en EE.UU. “la rentabilidad anualizada el año siguiente ha sido aproximadamente del 35%, los dos años siguientes han anualizado rentabilidades del 25% y en 3 años del 20%”. Por tanto, los niveles de valoración actuales son atractivos pero hay que tener presente “que veremos problemas en el mercado de energía y la situación se puede alargar en temas de impagos”. Además, cree que está por ver cómo se implementan las medidas de avales y de garantías de los gobiernos para este tipo de compañías y que “estos aspectos técnicos tendrán que ver mucho con la evolución a corto plazo del mercado high yield».
Por su parte, Roberto Scholtes, director de Estrategia de UBS España, cree que las ganancias potenciales en bonos de alta rentabilidad son elevadas, pero también los riesgos. “Hay una obvia preocupación por las probables quiebras de empresas ligadas al fracking (cuyos bonos cotizan con una TIR media del 22%), pero hay que tener en cuenta que su peso en los índices no pasa del 12%”, señala. “Haciendo cálculos, este segmento descontaría ahora que cada año va a reestructurar su deuda una décima parte de las compañías, o bien que una cuarta parte de todos los emisores high yield quebrará este año. En este sentido, recuerda que “en 2009, en la peor recesión en siete décadas y con el sistema bancario contra las cuerdas, la tasa de impagos fue del 8,2%”. En este sentido subraya que “si, como esperamos, la curva de tipos estadounidense se queda cerca del 1% y la alemana en negativo, los retornos netos en doce meses podrían incluso superar el 20% en dólares y el 18% en Europa”, concluye.
2020-04-06 19:56:26