Más allá de la resistencia que han mostrado muchas de las compañías ligadas al sector salud hasta el momento, la clave es ver si existe potencial de cara al futuro, a la hora de plantearse una inversión. Y es que, como recuerda Matthew Benkendorf, CIO de Vontobel Quality Growth, “esta crisis presenta una oportunidad para […]
Más allá de la resistencia que han mostrado muchas de las compañías ligadas al sector salud hasta el momento, la clave es ver si existe potencial de cara al futuro, a la hora de plantearse una inversión. Y es que, como recuerda Matthew Benkendorf, CIO de Vontobel Quality Growth, “esta crisis presenta una oportunidad para que los inversores mejoren y concentren aún más sus carteras en los modelos de negocio más fuertes”. En este sentido, John Bowler, gestor de fondos especializado en innovación en salud de Schroders, lo tiene claro: “aunque tradicionalmente se haya considerado una fuente de crecimiento relativamente defensiva, el rápido ritmo de cambio en el sector salud es su principal atractivo a la hora de invertir”.
¿Qué apoya una inversión en salud?
Para los expertos de la gestora Edmond de Rothschild hay tres factores que impulsan el crecimiento del sector a largo plazo y justifican tener una asignación estructural: el crecimiento estructural del gasto en salud (tanto en países desarrollados como emergentes), la innovación como factor crucial para la rentabilidad y su mayor visibilidad a largo plazo. En este último punto destacan que “muchas empresas del sector cuentan con balances sólidos y una gran generación de cash flow. Las acciones del sector de la salud son menos sensibles a factores cíclicos y menos volátiles que otros sectores. También tienen una gran visibilidad de los beneficios a medio plazo”.
Pero hay otros aspectos motores que harán que la sanidad sea, según John Bowler, un área de crecimiento sostenible durante muchos años. Uno de ellos es la demografía. En efecto, el número de personas mayores en todo el mundo está impulsando una demanda acelerada de servicios sanitarios. El segundo punto es la eficiencia. “La carga financiera para los presupuestos nacionales y los seguros médicos de las empresas está creando la fuerza necesaria para el cambio. Por ejemplo, en EE.UU. entre el 30 y el 40% del gasto en salud se considera un desperdicio, lo que crea una tremenda oportunidad para impulsar la eficiencia”, comenta. Y, en tercer lugar, menciona la tecnología, tanto en medicamentos como en la parte de datos, que está “proporcionando nuevos enfoques para la gestión de las enfermedades”, aspecto que se ha hecho muy visible con la actual crisis del Covid-19. Así, desde Schroders observan que la “telesalud” (servicios relacionados con la atención médica a través de dispositivos electrónicos, como teléfonos móviles y ordenadores) ofrece un importante potencial de crecimiento. No es extraño, por tanto, que compañías como Teladoc en EE.UU. o Ping An Healthcare & Technology y Alibaba Health Information Technology en China suban este año más de un 126, 122 y 178%, respectivamente.
En este sentido, Pascal Mercier, de Credit Suisse Asset Management, tiene claro que “la digitalización de la atención sanitaria seguirá siendo un tema de fuerte crecimiento estructural cuando finalice la actual crisis provocada por la pandemia”, de ahí que sea una de sus convicciones más firmes a largo plazo.
Además, para Hendrik-Jan Boer, responsable de renta variable sostenible y de impacto de NN IP, “el acceso y la asequibilidad de la atención médica se encuentran entre los temas de materialidad ESG más importantes para la industria de la salud”.
Ganarán los más fuertes
Para Laura Nelson Carney, analista de renta variable de Capital Group, “las grandes compañías biofarmacéuticas serán más resistentes que muchos otros sectores tanto durante como después de la pandemia. Mirando al futuro, las más fuertes lo serán mucho más“, señala. A su juicio, el Covid-19 acelerará las tendencias que ya se veían venir en la industria. “Habrá un aumento en el uso de big data en todos los aspectos relativos al descubrimiento y el desarrollo de medicamentos, así como en el seguimiento de los pacientes en el mundo. La medicina de precisión (finalmente) llegará a la mayoría de edad. La terapia celular y genética será el próximo horizonte de innovación médica”.
En todo caso, a la hora de fijarse en el sector, recomienda estudiar “la seguridad de los flujos de efectivo y los dividendos para las empresas más grandes”, mientras que, para las empresas más pequeñas y de mediana capitalización, cree que hay que vigilar la mencionada “evolución de su efectivo y las dimensiones de su catálogo de productos”. Desde la gestora son cautelosos con las empresas centradas en un solo medicamento” y ven probables fusiones y adquisiciones en el sector.
Además, la analista de esta misma firma, Claudia Huntington, subraya la implantación de la telemedicina como uno de los temas interesantes que han emergido de la actual crisis. “Por supuesto, no todas las empresas aprovecharán por igual las nuevas oportunidades, por lo que la inversión selectiva será fundamental en el futuro”, afirma.