La bolsa china, más concretamente el índice CSI 300, ha caído un 15% en un mes debido a la preocupación por la retirada de estímulos, que podría llegar antes que en otras regiones del mundo como Estados Unidos o la Unión Europea. Los inversores temen que el Banco Central de China siga el camino de […]
La bolsa china, más concretamente el índice CSI 300, ha caído un 15% en un mes debido a la preocupación por la retirada de estímulos, que podría llegar antes que en otras regiones del mundo como Estados Unidos o la Unión Europea. Los inversores temen que el Banco Central de China siga el camino de sus homólogos brasileños, turcos y rusos y opte por un endurecimiento de los tipos de interés, que están en el 3,85%. Esta caída también podría estar justificada por la recogida de beneficios después de haber estado por delante del MSCI World desde el año 2016.
“Se espera que los beneficios empresariales sean muy fuertes, que el proceso de vacunación se acelere en el segundo trimestre, el apoyo fiscal y monetario está en marcha y la liquidez es abundante”, asegura Esty Dwek, la responsable de Estrategia Global de Mercado de Natixis IM Solutions. “Las materias primas deberían continuar subiendo con el fuerte crecimiento de China y la reapertura del mercado; esperamos que la región desarrollada del Pacífico se beneficie en particular de esta dinámica”, resume la experta.
Paras Anand, director de inversiones de Asia-Pacífico para Fidelity, se muestra confiado en el futuro de la región. “Las oportunidades de crecimiento que brindará Asia después de la pandemia van a impulsar un auge a largo plazo de los mercados de capitales bursátiles de esta región, que captarán unos flujos cada vez mayores de unos inversores internacionales ávidos de rentabilidades y estructuralmente infraponderados en Asia”, asegura.
Lo cierto es que las bolsas de los países asiáticos parecen estar considerablemente menos desarrolladas que sus economías, lo que implica un enorme potencial de crecimiento. Por ejemplo, el ratio capitalización bursátil-PIB total se sitúa en alrededor del 89% en China (incluido Hong Kong) y en el 116% en la India, muy por debajo del 221% de EE.UU. y el 136% del Reino Unido.
Además, “las autoridades chinas han estado muy ocupadas poniendo en marcha reformas para dar fluidez a las salidas a bolsa y la negociación” explica Anand. En 2019 se inauguró en Shanghái con gran éxito un nuevo mercado para start-ups tecnológicas caracterizado por menos restricciones y umbrales de rentabilidad para los emisores más bajos que otras bolsas chinas. Para fomentar las salidas a bolsa de empresas tecnológicas, los reguladores también han flexibilizado las normas de aprobación de OPV para el mercado ChiNext Board de Shenzhen.
“Tal vez por falta de conocimiento, los asignadores de activos globales no han invertido en China durante mucho tiempo. Sin embargo, cada vez vemos más interés en la renta variable china por parte de los inversores mundiales, porque las acciones A chinas se están convirtiendo en algo demasiado grande para ser ignorado. Todos sabemos que las acciones A de China están empezando a incluirse en los índices MSCI. Si se incluyen por completo, las acciones A se convertirán en un componente mucho mayor del índice de referencia y se acercarán a una cuota del 40% del índice de mercados emergentes, por lo que, a largo plazo, la renta variable china será una clase de activos independiente”, comenta Diogo Gomes, Senior CRM UBS AM Iberia.