La reina Isabel II del Reino Unido falleció el pasado 8 de septiembre a los 96 años de edad siendo una pieza clave en la historia contemporánea. Sobre su vida y reinado se ha escrito largo y tendido, pero no tanto de su gran faceta como inversora. Y es que, la monarca deja una herencia […]
| 12 sep 2022
La reina Isabel II del Reino Unido falleció el pasado 8 de septiembre a los 96 años de edad siendo una pieza clave en la historia contemporánea. Sobre su vida y reinado se ha escrito largo y tendido, pero no tanto de su gran faceta como inversora. Y es que, la monarca deja una herencia personal de 550 millones de euros y 14.300 millones en el patrimonio de la Corona. Unas cifras que no serían tan elevadas si no hubiera sido por el acierto inversor de la reina, que contaba con una cartera bursátil de 154 millones de euros a cierre de 2021.
La fallecida monarca deja tras de sí un vasto patrimonio compuesto por inversiones inmobiliarias, joyas, cuentas bancarias y una importante cartera de valores bursátiles. Pero, para entender mejor el patrimonio es necesario hacer una separación: el que pertenece a la Corona y el personal. Ambos de ellos gestionados bajo la atenta y acertada mirada de Isabel.
En cuanto a las propiedades, destacan una amplia variedad de palacios y castillos, como el Balmoral en las Highlands, donde falleció. Pero, también disponen de instalaciones eólicas, grandes zonas comerciales de los barrios más exclusivos de Londres y multitud de locales donde figura como arrendadora. Entre todos estos suculentos negocios destaca, por encima del resto, el ducado de Lancaster que le reportó en 2021 un benefició de 22 millones de euros. Este último ducado se trata de un ingreso privado del patrimonio personal.
Para acercarse mejor a la buena gestión que realizó Isabel II durante su mandato hay que mirar a Crown Estate, la Hacienda Real y el brazo inversor de la Corona británica supervisado por la reina. Aquí, tras la crisis de 2008, la Corona redujo fuertemente el lado inmobiliario y su apuesta por las rentas para aumentar notablemente su inversión en el negocio de la energía eólica. De hecho, algunos terrenos destinados a esta actividad los tiene alquilados la empresa española Iberdrola. Se estima que en esta área tienen más de 1.000 millones de euros invertidos.
Aunque, sin duda, la pieza clave siempre han sido los activos urbanos, que se cifran en más de 7.000 millones de euros. Un conglomerado de oficinas, locales y edificios que tiene alquilados a tan importantes inquilinos como Apple o Microsoft.
En total, la cartera está divida en muchas áreas que van desde la parte rural, donde poseen más de 116.000 hectáreas, hasta las exploraciones marinas y derechos e intereses. Todo ello suman un patrimonio de 14.300 millones de euros, haciendo de la Casa Real británica la tercera más rica de Europa.
La mejor muestra de su acertado lado inversor se refleja en los informes que elabora anualmente el propio Crown Estate, donde se refleja una rentabilidad positiva en los últimos cinco años. Así, en 2021 consiguió un 6% de rentabilidad.
En el área personal, los datos son más complicados de conocer, pero Sunday Times cifró la cartera bursátil en 154 millones de euros. De hecho, hace solo unos años saltó la polémica cuando se conoció que la reina tenía invertidos 7,5 millones de euros en un fondo con sede en las Islas Caimán. Este fondo invertía en compañías tecnológicas vanguardistas.
Así las cosas, es difícil conocer en cuánto ha multiplicado el patrimonio de la Corona y el suyo personal, ya que no está obligada a presentar cuentas de sus inversiones particulares. Pero, solo hay que echar un vistazo a la gestión de Crown Estate, que acumula beneficios netos positivos y rentabilidades positivas en casi todos los cursos económicos.
