La quiebra de Silicon Valley Bank hizo tambalear los cimientos del sistema bancario estadounidense, y no es para menos porque se trata de la décimo sexta entidad por volumen en el país. Sin embargo, y para evitar un efecto contagio y que el pánico se extendiera en el mercado, la Reserva Federal y el Tesoro […]
La quiebra de Silicon Valley Bank hizo tambalear los cimientos del sistema bancario estadounidense, y no es para menos porque se trata de la décimo sexta entidad por volumen en el país. Sin embargo, y para evitar un efecto contagio y que el pánico se extendiera en el mercado, la Reserva Federal y el Tesoro anunciaron un plan de rescate el pasado domingo. Un plan, al que hay que prestar detalle y fijarse en la letra pequeña del rescate a SVB.
La retirada de depósitos del SVB fue el detonante que causó su quiebra. Y es que, la mayoría de los clientes del banco son empresas de Silicon Valley, tanto es así que con el actual mecanismo tan solo el 3% de los depósitos habrían quedado respaldados. O dicho de otra manera, el 97% de los depósitos iban a quedar impagados. Hay que recordar que la normativa americana cubre hasta un máximo de 250.000 dólares por depósito.
Así las cosas, el Tesoro de los Estados Unidos anunció hacerse cargo del 100% de los depósitos. Es decir, se rescataría a todos los depositantes del SVB, que no perderían su dinero. “Se ha rescatado a todos los depositantes del banco, pero no a los bonistas o accionistas, que lo van a perder todo”, explicaba Juan Ramón Rallo en su canal de Youtube.
Para financiar este rescate, y que no caiga en los hombros de los contribuyentes, se han eliminado todos los pasivos, “esto significa que el banco se va a poder vender a un precio bastante bueno. Los activos del SVB son de calidad, en su mayoría deuda pública. Esto hace que la subasta del banco sea igual o superior al 100% de los depósitos rescatados”, añadía Rallo. En caso de no cubrirse, se pondría un impuesto a toda la banca para socializar las pérdidas.
Además de esta medida, también se facilitará la financiación a los bancos. Se ha establecido un nuevo "Programa de Financiamiento a Plazo Bancario", que ofrece préstamos de un año a los bancos en términos más fáciles de lo que normalmente ofrece. “Hay 25.000 millones de dólares disponibles, valorándose la garantía a la par, lo que significa que los bancos pueden obtener préstamos más grandes de lo habitual con el respaldo de sus bonos en cartera, lo que reduce la presión para generar efectivo mediante la venta de valores, cuyos precios se han desplomado por efecto de la subida de los tipos de interés”, asegura Antonio Castela, analista de iBroker.
Este nuevo programa, hará que la Fed proporcione financiación hasta un año para aquellos bancos que ofrezca como colateral activos de calidad, que se entiende por deuda pública o deuda hipotecaria. “Lo que dice la Fed es os compro temporalmente los bonos al 100% de su valor nominal como si no hubiesen experimentado ninguna depreciación en el mercado. Así, no se sufre pérdidas por los bonos”, explicaba Rallo.
Aunque eso sí, hay que tener claro que este mecanismo “solo estará disponible para determinadas entidades elegibles. El problema para muchos bancos es que gran parte de sus activos han sufrido una pérdida de valor por las recientes subidas de tipos. Los bonos soberanos son un ejemplo, este fondo permitirá a un banco depositar un bono con un valor inferior al de mercado y recibir el nominal para atender a las devoluciones de fondos. Con esta herramienta el SVB no hubiera quebrado”.
De esta manera, los bancos ahora, ante una situación de necesidades de liquidez masiva, pueden elegir limitar la realización de pérdidas por una obligada venta de activos o acceder a este programa de financiación. Se calcula que los bancos estadounidenses tenían, a finales de 2022, más de 300.000 millones de dólares en pérdidas sobre valores, que planeaban mantener hasta su vencimiento.
Este rescate que se ha habilitado en el mercado para mandar un salvavidas a los bancos. “Se ha logrado frenar el efecto contagio por el momento y ahora cuenta con más herramientas para evitar que quiebren otras entidades con problemas similares. Durante las próximas semanas es posible que continuemos sufriendo un clima de mayor volatilidad e incertidumbre, ya que los inversores se centrarán en las entidades más vulnerables”, asegura Robles.
En las próximas semanas, la atención seguirá “principalmente sobre la banca pequeña, que es la que está acusando más el miedo de los depositantes, que temen que, sin la supervisión directa de la Fed, puedan darse situaciones similares a las de SVB, y estén emigrando con sus depósitos hacia bancos más grandes. Es probable que continúe siendo la banca regional o más pequeña la que sufra más que la gran banca en este contexto”, concluye Castelo.