Con señales de una nueva onda de contagios asomando en el horizonte este fin de año, los modos de trabajo que trajo la pandemia vuelven a llamar la atención en Latam, incluyendo una réplica de lo que en EEUU se llamó “la gran renuncia”. Pero, ¿qué tiene en común y de diferente con lo observado […]
InternacionalDirigentes Digital
| 10 nov 2022
Con señales de una nueva onda de contagios asomando en el horizonte este fin de año, los modos de trabajo que trajo la pandemia vuelven a llamar la atención en Latam, incluyendo una réplica de lo que en EEUU se llamó “la gran renuncia”.
Pero, ¿qué tiene en común y de diferente con lo observado en EEUU y Europa este movimiento que los profesionales de recursos humanos vienen notando en la región, más específicamente entre las nuevas generaciones?
Aunque en Latam dejar el empleo como lo hicieron unos 48 millones de estadounidenses en 2021 para seguir un propósito más “inspiracional” no está al alcance de la mayoría, las perspectivas pospandémicas han surtido un efecto no menor.
Tan sólo en México más de 770.000 personas abandonaron su trabajo en el primer trimestre de 2022, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE, datos oficiales). Y el fenómeno se replica, con más o menos intensidad, en otros países.
En Brasil ha ocurrido más entre profesionales graduados -habitualmente mejor remunerados- y jóvenes, llegando a 2,9 millones en el primer semestre de 2022, según estadísticas de la Federación de Industrias de Rio de Janeiro (Firjan).
Mal liderazgo, monotonía y falta de reconocimiento están entre los principales causas, según el informe “El gran desgaste: Renuncia en México”, de OCC Mundial, DGV Group y Grupo Azimuth, que cuantifica en 40% a quienes han dejado su empleo este año aquí.
“Normalmente son personas con un nivel de educación más alto y en actividades que pueden realizarse remotamente”, explicó, por su parte, Jonathas Goulart, gerente de Estudios Económicos de Firjan, al comentar en el diario Folha de S.Paulo el caso de Brasil.
Falta de valores, mal ambiente laboral, actividades ajenas a su puesto, pocas oportunidades de crecimiento, problemas de salud mental, falta de innovación en el negocio y exceso de trabajo son las otras razones que completan la lista.
Estos motivos son también los que llevan a cuatro de cada 10 mexicanos a considerar la posibilidad de renunciar en el próximo semestre, según el estudio “El gran desgaste…”, que entrevistó a 1303 empleados con salarios de entre 260 y 1000 euros.
“Lo más importante para el empleado en términos de satisfacción es la trascendencia. Lo más básico es la estabilidad de la empresa”, resume el reporte en el apartado “drivers de satisfacción”. Sólo el 8,2% ve a su trabajo “alineado con objetivos de vida”.
La razón de tal movimiento no está sólo en las nuevas condiciones laborales que favorecen el trabajo remoto o modelos más o menos híbridos, aumentando el confort -y la productividad- del trabajador. También influye la política de las empresas para retener talentos.
Capacitación, buen clima laboral y remuneración son los principales factores de retención, indica “El gran desgaste…”, siendo la admiración por el jefe la razón del 43% para permanecer en una compañía.
Ya del lado de las empresas, las renuncias figuran -junto con la adaptación a nuevas tecnologías y cambios en la estructura organizacional- entre los cambios más relevantes que ha dejado la pandemia. En promedio, han renunciado el 15% de los colaboradores.
Lo que Forbes llamó “una revolución de los trabajadores contra jefes malos y empresas sordas” también tiene otro aspecto cuando el empleado no llega a renunciar y decide permanecer en su puesto, pero haciendo lo mínimo indispensable, actitud llamada “quiet quitting”.
Este caso es más común entre los más jóvenes, que han iniciado su vida laboral ya en modalidad remota y no están dispuestos a asumir tareas que interfieran en sus vidas personales.
“Están colocando el trabajo en el lugar del trabajo y no de la vida”, describe Sandra Boccia, especialista brasileña en mercado laboral. “Están diciendo ‘no quiero ser jefe ni dar mi sangre a ese trabajo, quiero trabajar en paralelo a mis proyectos personales’”, concluye.