La llegada de la pandemia obligó a millones de trabajadores a improvisar una oficina en casa. En ese momento era la única forma de mantener la actividad y, con el tiempo, se tomó conciencia de que el teletrabajo contaba con numerosas ventajas frente al trabajo presencial en la oficina. Entre los beneficios, se encuentran la […]
Gestión y LiderazgoDirigentes Digital
| 30 ago 2021
La llegada de la pandemia obligó a millones de trabajadores a improvisar una oficina en casa. En ese momento era la única forma de mantener la actividad y, con el tiempo, se tomó conciencia de que el teletrabajo contaba con numerosas ventajas frente al trabajo presencial en la oficina.
Entre los beneficios, se encuentran la mejora de la productividad, reducción del absentismo laboral, mayor compromiso con la organización y el fomento de la responsabilidad, tal y como recoge el Libro Blanco de Teletrabajo editado por Telefónica. Para Belén Espejo, experta en digitalización del puesto de Trabajo en Telefónica Empresas, “el teletrabajo ha dejado de ser una costumbre residual en nuestro país para convertirse en pocos meses en una necesidad en muchas organizaciones”.
Frente a esa dinámica, también han aparecido desventajas. Según un estudio realizado por Steelcase, el trabajo en casa dificulta la conexión con los compañeros, colaborar en persona, supone un entorno con más distracciones y es un obstáculo para conectar con el propósito de la organización.
Esas circunstancias hacen que nueve de cada diez profesionales prefieran volver a la oficina, aunque se incluya un día de teletrabajo a la semana. La cifra se reduce a ocho de cada diez según una encuesta de la consultora inmobiliaria CBRE, que añade al menos tres días de teletrabajo.
En respuesta a esa demanda, las empresas pretenden adaptarse, si bien los métodos de trabajo y los espacios físicos tienen que acoplarse a las nuevas circunstancias. Con todo, el 87% de las empresas prevén recuperar la presencialidad en septiembre.
No solo los dirigentes creen que la presencia física fomenta la generación de ideas: el 90% de los empleados coinciden en que dicha colaboración es fundamental, pero en casa o en un puesto de trabajo tradicional tienen menos posibilidades de aparecer. De hecho, cabe poner el punto de vista en cómo están diseñados los espacios que, según concluye el informe de Steelcase, no propician la colaboración, sino que están pensados para dar cabida a todos los trabajadores que alberga la organización.
El hecho de que las empresas se decanten por un modelo híbrido facilitará que existan espacios libres que puedan usarse como zonas comunes que estimulen el trabajo colaborativo. El presidente de Steelcase en España apunta que, aunque los trabajadores han acabado echando de menos la oficina, sus costumbres y hábitos son diferentes y deben proporcionarse modelos de trabajo flexibles.
Este punto también lo destaca Espejo, quien cree que “el puesto de trabajo digital y flexible se ha convertido en una potente herramienta para atraer y retener el talento dentro de la organización”. En cualquier caso, debe ponerse el foco en que cada decisión tenga sentido a la vez para el equipo y para cada individuo.
S&You, una firma de recursos humanos especializada en dirigentes, señala que uno de los retos es hacer que el modelo híbrido no suponga volver a la oficina pero manteniendo la inconexión. Es decir, la vuelta a la oficina debe hacerse para favorecer la comunicación, no solo por regresar al espacio físico en sí.
Por otro lado, la división entre los miembros del equipo que trabajan en la oficina y aquellos que trabajan en remoto puede causar la sensación a estos últimos de que se les excluye de la toma de decisiones. La transparencia resulta clave para evitar el malestar. En última instancia, la anomalía que supone la pandemia ha hecho que el 55% de los trabajadores pidan más apoyo en cuestiones de salud mental, por lo que es preciso vigilar cada decisión y proporcionar dicho apoyo.
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