E l camino desde que se madura una idea hasta que ve la luz es tortuoso. O como dice la emprendedora y experta en marca Ana Jiménez, “hay que tener claro que un negocio conlleva esfuerzo, trabajo e inversión”. Y, sobre todo, que se le ponga pasión. Desde su punto de vista, es importante que […]
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| 30 jul 2019
E l camino desde que se madura una idea hasta que ve la luz es tortuoso. O como dice la emprendedora y experta en marca Ana Jiménez, “hay que tener claro que un negocio conlleva esfuerzo, trabajo e inversión”. Y, sobre todo, que se le ponga pasión. Desde su punto de vista, es importante que en los primeros momentos se ponga el foco en el trabajo y el esfuerzo, y no en el dinero, “eso viene después sólo si la pasión existe”, comenta.
Tomando las palabras de Jiménez, se ve que los españoles han recuperado la pasión en los últimos años. Según el último informe publicado por el Banco Santander, la Asociación RED GEM España, Enisa y la Fundación Rafael del Pino, la TEA alcanzó en el último año el 6,4%, frente al 5,2% de 2016. Eso significa que ese 6,4% de personas en edad de trabajar se encuentra inmerso en actividades emprendedoras recientes.
Teniendo en cuenta esos datos, ¿qué mueve a los españoles a crear su propia empresa? Dicho informe recalca que la oportunidad de negocio representa la principal motivación, pero pone el énfasis en las habilidades del emprendedor. En ese sentido, se afirma que “puede que no emprenda porque no se ve capacitado para llevarla a cabo y convertirla en una empresa sostenible”. En todo caso, lo que se desprende de ese informe es que “lo relevante no es solo que tenga esos conocimientos, sino que también lo perciba como tal”.
Teniendo en cuenta ese razonamiento, destaca que el 83,8% de los emprendedores españoles creen que tienen los conocimientos, experiencias y habilidades adecuadas para hacerlo, una cifra que mejora en 2,5 puntos la del año anterior, si bien es inferior a la de 2012, cuando se alcanzó un porcentaje del 86,9%.
Ana Jiménez recalca la importancia de “rodearse de buenos profesionales o de un buen mentor” para evitar errores. Así muchos emprendedores “empiezan siendo autosuficientes”, lo que les ayuda a lanzarse con menos presupuesto. Pero como dice Pablo González, CEO del ecosistema de talento joven TRIVU, hace falta una “cura de humildad”.
De hecho, coincide en la necesidad de aprender de “las experiencias vitales”, y de vivir situaciones distintas a lo largo de la vida profesional, tanto de las propias como de las ajenas. Hay que señalar que González apunta sobre todo a los más jóvenes: “Pensamos que por haber nacido con un móvil y acceso a la Wikipedia 24 horas al día sabemos de todo”.
Por su parte, Jiménez ve cierta “parálisis” en los emprendedores españoles, a veces producida por un exceso de análisis y de perfeccionismo. “Queremos tenerlo todo perfecto antes de comenzar a comunicar y eso frena el proceso”, comenta Jiménez. Desde su punto de vista, “es mejor perfeccionar las cosas poco a poco”, continúa, porque “siempre vamos a ver cosas por mejorar y no podemos tener ese miedo”.
A ese defecto suma la tendencia de los nuevos emprendedores a copiar proyectos exitosos. Jiménez cree que es un error copiar el es tilo de los demás en lugar de generar ideas propias. “Está muy bien tener referentes y modelar ciertas cosas que no te gusten”, admite Jiménez. Sin embargo, cree que hacer esto “sin saber cómo desarrollarlas (…) puede llevar al fracaso”.
En el lado de las fortalezas, Ana Jiménez considera que quienes crean sus propios negocios en España están “bastante preparados en muchas cosas”. Además, recalca que “si hay alguna rama o herramienta que no dominamos, nos preocupamos por saber un poco de todo”, concluye.