Stian Ueland se incorporó a DNB Asset Management en 2021, como gestor del fondo DNB Renewable Energy y cuenta con experiencia como gestor de cartera asociado responsable de una cartera activa global de renta variable en los sectores de materiales y productos químicos en Norges Bank Investment Management. ¿Por qué es importante la inversión en […]
Stian Ueland se incorporó a DNB Asset Management en 2021, como gestor del fondo DNB Renewable Energy y cuenta con experiencia como gestor de cartera asociado responsable de una cartera activa global de renta variable en los sectores de materiales y productos químicos en Norges Bank Investment Management.
Las cifras ilustran por sí solas por qué es importante invertir en energía renovable: actualmente, el 80% de nuestra energía procede de combustibles fósiles y el 20% de fuentes alternativas de electricidad. Estas proporciones se invertirán de aquí a 2050 con el desarrollo de la electrificación, principalmente a través de las energías renovables, pero también de las pilas y el hidrógeno. Por tanto, invertir en energías renovables puede ayudar a reducir la dependencia de las fuentes de energía importadas y aumentar la garantía de suministro energético diversificando la combinación de las fuentes.
Los sectores en los que invertimos están cada vez más respaldados por diferentes iniciativas como la Ley de Reducción de la Inflación de EE. UU. (2022) y el Plan Industrial Green Deal de la UE (2023), cuyo objetivo es proporcionar un entorno más propicio para el aumento de la capacidad de fabricación de tecnologías y productos net-zero. En este sentido, el precio de las fuentes de energías fósiles aumentará debido a la presión normativa, y como consecuencia de ello, las energías renovables se abaratarán. Además, hay que añadir otro factor más, y es que el coste de las energías renovables no ha dejado de bajar en la última década.
El fondo DNB Renewable Energy es un fondo de renta variable mundial que se centra en la búsqueda de proveedores de soluciones sostenibles que contribuyan a mejorar el clima y el medio ambiente, con énfasis en la eficiencia de los recursos, la energía verde y la electrificación.
Este fondo medioambiental tiene como objetivo la inversión sostenible y está categorizado como artículo 9 según el SFDR. El objetivo es que la mayor parte de los activos muestren una contribución positiva, significativa y medible a la mejora del medio ambiente. El fondo adopta un enfoque amplio dentro de este espectro medioambiental, lo cual nos permite abarcar diferentes áreas.
En DNB apostamos por activadores sostenibles para la mejora del medio ambiente, principalmente la eficiencia en los recursos, la energía limpia y la electrificación. Además de estas cuatro áreas, vemos que hay subsectores que son particularmente interesantes y prometedores. Por ejemplo, la demanda de turbinas solares y eólicas terrestres sigue creciendo a medida que la tecnología avanza tanto en los mercados existentes como en los nuevos. Esto conlleva una reducción de costes y un aumento de la competitividad. Este es el verdadero motor de la electrificación de la economía mundial, que es también la clave para lograr las emisiones cero en el planeta.
No podemos hablar en nombre de los demás, pero quizá algunas gestoras no se han dado cuenta hasta hace poco de que los requisitos son bastante exigentes para que un fondo sea realmente Artículo 9. DNB Asset Management ha adoptado un enfoque muy conservador al respecto.
El fondo DNB Renewable Energy, que obtuvo el sello FNG con la puntuación más alta por cuarta vez consecutiva, era hasta hace poco el único fondo Art. 9 de nuestra gama, hasta que hace poco, nuestro fondo DNB Future Waves se convirtió también en un fondo del Artículo 9.
Además, otros cuatro fondos que pertenecían al Artículo 6 se están clasificando a partir de este año como fondos del Artículo 8.
En este sentido, creo que sería necesario mejorar la disponibilidad y la calidad de los datos de las empresas.
Para este año, no creemos que necesariamente se produzca una línea continuista respecto a 2022, nosotros invertimos principalmente en tres grandes temáticas, en las que siempre lo haremos, son las que mencionaba antes: recursos, energía verde y electrificación. La forma en la que gestionemos la composición de la cartera dependerá también de las oportunidades de mercado que aparezcan. Por lo que se trata también de estar pendiente de las empresas y su posición respecto a sus competidores.
Creemos que los sectores verdes se verán beneficiados. Ahí está, por ejemplo, la reacción de Europa hacia la IRA (Ley de Reducción de la Inflación) en EE. UU. En este sentido, esperamos que la UE se mueva con relativa rapidez ya que, en el caso de no hacerlo, la industria verde del Viejo Continente podría quedarse rezagada respecto a su homónima al otro lado del charco, ya que las actuales subvenciones de la IRA benefician principalmente a las empresas estadounidenses. Una política de este tipo también podría tener un impacto positivo en las empresas ecológicas europeas. En la región nórdica hay muchas empresas interesantes para la transformación verde. Un ejemplo es la empresa danesa Vestas. Como fabricante de turbinas eólicas, Vestas ha sufrido las consecuencias de los elevados precios de las materias primas, aunque no obstante ahora cuenta con previsiones muy alentadoras de vuelta a la normalización de los márgenes y, además, se beneficiará del crecimiento estructural del sector.
Por otro lado, la IRA estadounidense ofrece condiciones financieras muy atractivas a las empresas que establezcan su producción en EE. UU., lo que probablemente tendrá un impacto significativo en las decisiones de inversión de las empresas europeas. Así, en los últimos meses hemos visto cómo varias empresas contemplaban la posibilidad de trasladar nuevas instalaciones a EE. UU. en lugar de ampliar su huella europea.
En España hay varias iniciativas interesantes, como, por ejemplo, en temas de movilidad sostenible y hay un recorrido interesante por delante que merece la pena seguir con atención.