En los mercados aflora la idea de que lo peor ha pasado tras el zarpazo del coronavirus. Se comienza a ver cierta luz al final del túnel pero, como todo periodo de crisis, se acelera la historia, avanzan tendencias que se vislumbraban o surgen nuevas de la nada. Lo tienen claro en Fidelity International.“La historia […]
En los mercados aflora la idea de que lo peor ha pasado tras el zarpazo del coronavirus. Se comienza a ver cierta luz al final del túnel pero, como todo periodo de crisis, se acelera la historia, avanzan tendencias que se vislumbraban o surgen nuevas de la nada. Lo tienen claro en Fidelity International.“La historia está trufada de ejemplos de crisis a gran escala que han dado paso a nuevas estructuras económicas, sociales y de gobierno”, señala Andrew McCaffery, CIO global de inversiones de la gestora. Sin ir mas lejos, la última crisis financiera ha dejado un escenario de tipos ultrabajos con masivas intervenciones de los bancos centrales, de modo que el momento actual “podría desencadenar su propio conjunto de cambios”.
Cambio, ¿hacia dónde?
Asistimos a una “nueva normalidad” de los mercados marcada por una realidad diferente que afecta prácticamente a todos los sectores de la economía y que se caracteriza por un escenario de alta incertidumbre. Partiendo de esta premisa, resulta obvio también que “la pandemia, y la respuesta de las políticas, aumentan aún más la probabilidad de vivir en un entorno de tipos bajos durante un buen tiempo”, como recuerda Christian Nolting, CIO de Deutsche Bank. Algo que añadirá más presión si cabe para encontrar nuevas fuentes de rentabilidad.
De hecho, como señala McCaffery, “los inversores tendrán que aceptar un entorno prolongado de tipos de interés bajos y negativos, un exceso de deuda, políticas monetarias no convencionales (como el control de la curva de tipos) y gasto público a una escala nunca vista hasta ahora”. Sin embargo, “estos problemas crearán alteraciones en los mercados que los inversores pueden aprovechar”. ¿Dónde?
Sectores favorecidos
Por lo pronto, para Deutsche Bank, la apuesta actual es clara por el sector sanitario y el tecnológico. Mientras, desde Bank of America identifican varias grandes temáticas de inversión tras el confinamiento. Desde la mencionada área de salud (la salud pública es la nueva riqueza nacional) a la no menos manida guerra tecnológica. “Existe una carrera por la supremacía. Los datos son los nuevos recursos básicos, lo que hace emerger una guerra tecnológica en el nuevo campo de batalla geopolítico”, comentan. Este será un campo a tener muy encuentra porque se espera una ola de inversión en nuevas infraestructuras, tecnologías de inteligencia artificial y tecnologías del futuro. En todo caso, desde la entidad estadounidense apuntan también en otras direcciones, como la geopolítica y la globalización (se avanza hacia una mayor apuesta por lo local) o el nuevo consumidor (mundo online y sostenible).
Gobierno corporativo y sostenibilidad
Una de las ideas que sale reforzada de lo vivido en los últimos meses es la resiliencia del sello ESG en un entorno de miedo y volatilidad sin precedentes. “Nos parece que esta crisis ha aumentado, realmente, la visibilidad y la importancia percibida en las prácticas sostenibles”, afirma Carla Bergareche, directora general para España y Portugal de Schroders. Una convicción que también tiene Nina Pritrini, responsable de gestión pasiva y ETFs en UAS AM Iberia. “Más que nunca, la inversión sostenible es una prioridad, los inversores están exigiendo cada vez más la integración de los criterios ESG en todas las clases de activos”.
Fortaleza de Asia
A juicio de Paras Anand, director de inversiones en Asia Pacífico de Fidelity International, “Asia es una exposición innegablemente atractiva para la próxima década por varias razones”, apunta. Entre ellas, su mayor peso en términos de PIB mundial, la reducción de las valoraciones en el gigante asiático, el hecho de que debería beneficiarse de un petróleo más barato o la expectativa de que el viento en contra propiciado por la última década de revalorización del dólar cambie a una más favorable para la región. El gigante asiático también es eje central en la estrategia de UBS AM y como comenta su director general para Iberia, Álvaro Cabeza, ese mensaje de que China tiene suficiente relevancia económica como para ocupar un sitio específico en una cartera diversificada “está calando en el mercado”.