Bodegas Otazu sigue acelerando su internacionalización con la reciente incorporación de Australia y Ucrania a su lista de mercados. La compañía ha conseguido en menos de 20 años que el 90% de su producción anual se destine al exterior. Esto se traduce en que alrededor de 400.000 botellas repartidas entre sus diferentes gamas: Otazu, Pago de Otazu, Altar, Espuma de Otazu, 1 Ha Una Historia, Artist Series, Genios de Otazu, y Vitral de Otazu, se consuman fuera de España. 

En el momento actual, todos sus vinos elaborados con las uvas procedentes de las 116 hectáreas de viñedo propio, que rodean la bodega, -Tempranillo, Cabernet Sauvignon, Merlot, Cabernet Franc, Pinot Noir, Chardonnay y Berués- están presentes en 44 mercados, dos más que en 2019, tras los dos nuevos países. No obstante, Canadá, China, México y Venezuela continúan siendo los principales destinos de exportación de la bodega. 

A este respecto, el director general de Bodegas Otazu, Guillermo Penso, asegura que la receta del éxito radica “en haber logrado evolucionar del producto a la experiencia, es decir, de elaborar grandes vinos a vinos que emocionen”. Sin embargo, el dirigente reconoce la dificultad a la hora de entrar en ciertos mercados. “Exportar es un deporte de aguante. No solo hay que tener vinos que enamoren y convenzan a los potenciales exportadores, sino que además, los primeros años suelen ser un desafío”, concluye.

Desde la denominación de origen navarro avanzan que se encuentran en la “fase final de negociaciones” para desembarcar en San Bartolomé (Islas de Barbolento, Centroamérica), Ecuador (Sudamérica) y San Cristóbal y Nieves (Islas de Barbolento, Centroamérica)”.