En Europa, los datos macroeconómicos han mejorado con respecto a meses anteriores, sin embargo, las tasas de inflación continúan muy elevadas y los principales banqueros centrales siguen reafirmándose en un tono agresivo para paliar la escalada de los precios. Con ello, la renta variable europea cerró el año 2022 con una mejor perspectiva que la […]
En Europa, los datos macroeconómicos han mejorado con respecto a meses anteriores, sin embargo, las tasas de inflación continúan muy elevadas y los principales banqueros centrales siguen reafirmándose en un tono agresivo para paliar la escalada de los precios.
Con ello, la renta variable europea cerró el año 2022 con una mejor perspectiva que la renta variable americana y continúa con esta tendencia en lo que llevamos del 2023, según señalan los expertos.
Joaquín Robles, analista de XTB, considera que se trata de un periodo coyuntural, ya que Estados Unidos comenzó subiendo los tipos de interés con anterioridad y con una mayor contundencia “lo que llevó a los mercados de renta variable a sufrir un mayor ajuste”, mientras que la economía en Europa se vio más afectada por el incremento de los precios de la energía derivados del conflicto ruso.
“Los principales catalizadores que han impulsado este comportamiento han sido el invierno más suave de lo esperado, ya que han calmado las preocupaciones de los inversores sobre la crisis energética. La reapertura China también ha sido determinante, ya que es un mercado crucial para muchas industrias europeas”, afirma el analista de XTB.
Como explica Diego Morín, analista de IG, “la Fed ha pronosticado unos tipos por encima del 5%, lo que podría incrementar la presión de la renta variable americana”.
“En concreto en el S&P 500, podría perder mínimos de octubre (3480 puntos) si llega la temida recesión, pero habrá que ver el impacto que tendrá la misma, es decir, cómo de profunda será, mientras que el Euro Stoxx 600 está a menos de un 5% de los máximos del año 2022”, señala Morín.
En Europa, por el contrario, los principales indicativos se mueven en niveles máximos desde hace un año, momento anterior al estallido de la guerra entre Rusia y Ucrania. El analista de IG considera, que, en el caso europeo, el BCE arroja un mensaje que genera “dudas” y sigue subiendo los tipos de interés “porque no le queda otra”. En este contexto “si se produce una recesión, se verá antes en EE.UU. que, en Europa, pero esta llegaría aquí con un retraso de 1-3 meses”, apostilla Morín.
Por este motivo, los mercados europeos cerraron por encima de los mercados americanos el año pasado y han continuado con esta tendencia durante lo que llevamos de año.
Asimismo, Europa cuenta con sectores que se benefician de las subidas de tipos de interés, como el sector bancario y con mercados con una mayor exposición a China. También “cuenta con menos acciones de crecimiento ligadas a la tecnología, que han sido las más vulnerables a las subidas de tipos”, explica Robles.
Algunos analistas consideran que la bolsa europea continúa cotizando con descuento respecto a la americana, por lo que esta tendencia podría mantenerse en el corto plazo, pero históricamente hay muy pocos momentos donde ha sucedido, sostiene Joaquín Robles.
El analista de XTB, además, advierte que durante los próximos meses los países del viejo continente deberán hacer frente a amenazas como la guerra en Ucrania, la posibilidad de olas de frío que tensionen los precios de la energía y las próximas decisiones del Banco Central Europeo que “tiene camino por recorrer” en cuanto a las subidas de tipos de interés.
En la misma línea, el analista de IG, no se muestra demasiado optimista en cuanto a que se prolongue el mejor comportamiento de la renta variable europea con respecto a la americana.
Diego Morín se muestra “partidario” de observar el comportamiento de los datos macroeconómicos y ver cómo actúan los inversores en el mercado que son quienes van transmitiendo si existe una mayor imposición de la demanda o de la oferta.
“Dar precios concretos es complicado, sobre todo en un contexto en el que los bancos centrales mantendrán las subidas de tipos de interés”, concluye Morín.
Por su parte, desde Capital Group, se muestran más optimistas ya que podría producirse una recesión más suave de la esperada en Europa que “podría impulsar el valor de la renta variable europea”, que continúa cotizando con descuento frente a la de EE.UU.
“Dicho impulso podría también producirse si el IPC de la región alcanzara su nivel máximo, lo que permitiría al Banco Central Europeo y al Banco de Inglaterra interrumpir el proceso de endurecimiento de su política monetaria”, añaden desde Capital Group, aunque descartan que esta situación se produzca en los próximos meses.
Desde Wellingtong Management también consideran que “podría haber sorpresas al alza” ya que, por un lado, las condiciones financieras no son restrictivas y el impulso fiscal en gran parte de Europa debería seguir siendo positivo en 2023, en claro contraste con la mayor parte del mundo desarrollado.
Por otro lado, siguen existiendo núcleos de demanda y producción acumulados en Europa: el volumen de pedidos sigue en máximos históricos y los hogares disponen del equivalente a seis puntos porcentuales del PIB en forma de ahorro forzoso que podría recuperarse, además de que “el canal del crédito está funcionando bien por primera vez en más de una década, con el equivalente a alrededor de medio punto porcentual del PIB en préstamos netos al sector privado cada mes”.