Según todo tipo de organismos, la economía española va lanzada a recuperar lo que perdió durante 2020. El Ministerio de Asuntos Económicos, el Banco de España y la OCDE proyectan un crecimiento del PIB de alrededor del 6,5%, de modo que sería la economía avanzada con un mayor rebote este 2021, si bien también fue […]
NacionalDirigentes Digital
| 22 sep 2021
Según todo tipo de organismos, la economía española va lanzada a recuperar lo que perdió durante 2020. El Ministerio de Asuntos Económicos, el Banco de España y la OCDE proyectan un crecimiento del PIB de alrededor del 6,5%, de modo que sería la economía avanzada con un mayor rebote este 2021, si bien también fue una de las que más cayeron en 2020.
El punto de mira está en 2019. Paradójicamente, España avanza en el tiempo queriendo llegar a como estaba la economía antes de la pandemia. Algo así como la conocida trilogía de películas que protagoniza Marty McFly. Pero algunos economistas discrepan de que recuperar las cifras de 2019 sea en realidad una recuperación.
El economista Juan Ramón Cuadrado Roura es una de esas voces que alertan de que volver al PIB de 2019 no es recuperarse. En un coloquio llamado ‘Economía española: lo que no debe ocultar la pandemia’, el experto se queja de que “estamos demasiado fijados en recuperar la posición de 2019”. En su opinión, la recuperación significaría recuperar lo que España podría haber crecido durante 2020 y 2021.
Así, la diferencia con cómo debería estar la economía española cuando los números se parezcan a los de antes de la crisis será de 7,4 puntos porcentuales. Es decir, a finales de 2022 “estaremos a más de 7 puntos de lo que tendría que haber sido si no hubiera ocurrido la pandemia”, señala Cuadrado. Siguiendo con el símil, la recuperación real consistiría en que el DeLorean no devuelva a la economía al momento en que la pandemia hizo su aparición, sino que la lleve a una línea temporal en la que el virus no hubiera existido.
No obstante, no se puede borrar que la emergencia sanitaria “ha provocado graves efectos económicos, además de inesperados e inmediatos”, reconoce Cuadrado. Asimismo, este proceso ha provocado un “cuestionamiento del sistema político”, además de la aceleración de “tendencias que tendrán incidencia en la economía”. Para el especialista, hay aspectos afectados muy diferentes, como la vivienda y el ordenamiento de las ciudades; los viajes de negocios y de trabajo; o la aceleración de la adopción de tecnologías.
Por otro lado, señala incertidumbres en el corto plazo, como los propios riesgos epidemiológicos, el endurecimiento de las condiciones para acceder a suministros, la inflación, la posible pulsión hacia la desglobalización, así como el riesgo de quiebra del gigante chino Evergrande. Cuadrado identifica además el resurgimiento de las economías asiáticas.
Lo que sí es una certeza para el economista es que la recuperación está siendo desigual entre países y sectores. En el caso de España, se ha apostado por sectores de una baja productividad y valor añadido, lamenta Cuadrado, mientras que la industria ha perdido dimensión: “La industria ha perdido dimensión y se ha tomado con alegría el crecimiento de otros sectores porque podíamos importar todo de China”.
Sin embargo, este proceso ha tenido consecuencias negativas para la renta de los países avanzados. A ojos del experto, la baja productividad es uno de los principales desafíos para la economía española, ya que está influyendo en que España pierda distancia con los países más desarrollados en cuanto a PIB per cápita. Por ello, apuesta por la innovación y una cierta reindustrialización para reducir las distancias.
Más allá de la productividad, que afecta a todos los sectores, Cuadrado apunta numerosas reformas pendientes para la economía española, cuya urgencia se ha incrementado a consecuencia de la crisis. Los temas sin resolver afectan a las pensiones, a la legislación laboral, al déficit presupuestario y a la educación.
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