Si los españoles ya estábamos inquietos ante la jubilación, que debido a la mayor esperanza de vida y a las cifras para las pensiones ya era complicada, parece que la pandemia Covid-19 ha acrecentado ese nerviosismo. Así lo señala el Índice Global de Jubilación 2021 de Natixis, que pone de manifiesto la necesidad de que […]
Si los españoles ya estábamos inquietos ante la jubilación, que debido a la mayor esperanza de vida y a las cifras para las pensiones ya era complicada, parece que la pandemia Covid-19 ha acrecentado ese nerviosismo.
Así lo señala el Índice Global de Jubilación 2021 de Natixis, que pone de manifiesto la necesidad de que los inversores planifiquen adecuadamente sus necesidades financieras de cara a la jubilación. “En este sentido, el 62% de los individuos encuestados a nivel global afirma necesitar asesoramiento profesional para seleccionar las inversiones de su plan de jubilación; en España el convencimiento es mayor y se sitúa en el 68,3%”, resaltan.
Y es que este índice examina 18 indicadores de rendimiento del bienestar de los jubilados, agrupados en cuatro subíndices que permiten conocer las características que impulsan los cambios en las perspectivas de jubilación de un país. Estas cuatro áreas temáticas son los medios materiales para vivir cómodamente en la jubilación; el acceso a servicios financieros de calidad para ayudar a preservar los ahorros, valorar y maximizar los ingresos; el acceso a servicios sanitarios de calidad; y la calidad de vida, incluyendo un entorno limpio y seguro para vivir. “El Índice calcula el rendimiento relativo de cada país en cada uno de estos criterios, dando como resultado una puntuación compuesta que proporciona una herramienta comparativa para evaluar la seguridad de la jubilación a nivel mundial”, expresan.
Este índice, que es el noveno que realiza la gestora, muestra además que España ocupa el puesto 32, de un total de 44 países analizados, que mantiene la misma posición que el año anterior, y la puntuación global del país se mantiene en el 60%.
“Dentro de la UE, España supera a otros cuatro países en el Índice GRI: Hungría (33º); Lituania (35º) Letonia (36º) y Grecia (41º). El índice revela que España registra un descenso en el subíndice de Finanzas en la jubilación, con puntuaciones más bajas en los indicadores de presión fiscal, morosidad bancaria y dependencia de la tercera edad”, señalan desde el documento y añaden: “El hecho de que, a pesar de haber disminuido en estos indicadores, España se sitúe en la misma posición que el año pasado, implica que otros países también tuvieron un comportamiento similar en estos indicadores. Los indicadores de inflación y tipos de interés no han variado, mientras que las puntuaciones de endeudamiento público y gobernanza han mejorado ligeramente”.
Entre las cifras también se destaca que España se encuentra en el subíndice de bienestar material (35%).
“Aunque tiene una puntuación más alta en el indicador de igualdad de ingresos, su clasificación disminuye en dos puestos, lo que significa que otros países obtuvieron mejores resultados en este indicador. Lo mismo ocurre con el indicador de renta per cápita, que este año tiene una puntuación más alta, pero su clasificación disminuye en tres puestos. La puntuación global del subíndice de calidad de vida de España se mantiene igual que el año pasado, pero sube un puesto en la clasificación. Tiene una puntuación ligeramente inferior en el indicador de felicidad, pero aumenta su posición hasta el puesto 22, lo que indica que otros países obtuvieron peores resultados que España”, insisten desde el documento.
América del Norte, la región de mayor bienestar de los jubilados
Pero si nos adentramos más en establecer las diferencias por regiones donde el bienestar de los jubilados es mejor, lo cierto es que por tercer año consecutivo, Norteamérica tiene la puntuación más alta de todas las regiones, con un 72%. “América del Norte domina la clasificación general por tener la puntuación regional más alta en los subíndices de Finanzas y Bienestar material y la segunda puntuación más alta en los subíndices de Salud y Calidad de vida”, explican.
Sin embargo, a pesar de ello, los siete primeros países de la clasificación son, por orden y que se han mantenido así durante dos años consecutivos: Islandia, Suiza y Noruega, seguidos de Irlanda, Países Bajos, Nueva Zelanda y Australia. Por su parte, Alemania y Canadá han intercambiado sus posiciones, pasando la primera al octavo puesto y la segunda al décimo. Dinamarca se mantiene en la novena posición.
El paper explica también que otras regiones que resaltan son Europa Occidental, que se sitúa en segundo lugar con una puntuación global del 69%, pero que tiene las puntuaciones más altas para los subíndices de Salud y Calidad de Vida; Europa Oriental y Asia Central, que ocupan el tercer lugar como región, con un 50%. “Al igual que Europa Occidental, tiene dificultades en el ámbito de las finanzas, donde ocupa el último lugar en el subíndice. Cuatro de los 10 últimos países en Finanzas pertenecen a esta región: Turquía, Hungría, República Eslovaca y Letonia”, indican.
América Latina es la cuarta región en el ranking y va a la zaga en el subíndice de bienestar material (21%), lo que frena considerablemente sus resultados generales. Por último, Asia-Pacífico tiene la puntuación regional más baja (32%) debido a que tiene la última o penúltima puntuación en tres de los cuatro subíndices. “En particular, las bajas puntuaciones del subíndice de Salud y Calidad de vida se deben a las puntuaciones extremadamente bajas de India en estos dos subíndices. Sin embargo, una notable excepción es Finanzas, donde la región tiene la segunda puntuación más alta del subíndice”, concretan los expertos del índice.
Dave Goodsell, Director Ejecutivo del Instituto de Investigación de Gestores de Inversión de Natixis señala por su parte que “Incluso los individuos acomodados se preocupan por la jubilación”.
“La encuesta está compuesta por individuos con al menos 100.000 dólares en activos invertibles y el hecho es que el 40% de los inversores dice que “hará falta un milagro” para jubilarse de forma segura y, a la hora de la verdad, el 45% está tan preocupado por la jubilación que evita pensar en ella por completo”, añade.
Según el informe, los riesgos que presentan la inflación, los tipos de interés y la deuda pública, así como los retos financieros del empleo y la sanidad, se han visto exacerbados por la pandemia del Covid-19. Los jubilados son especialmente vulnerables a los bajos tipos de interés y al aumento de la inflación, que afectan a la capacidad de generar ingresos durante la jubilación. Para muchos, las inversiones en renta fija son el eje de su estrategia de ingresos para la jubilación, ya que las inversiones como los bonos suelen proporcionar un crecimiento modesto, estabilidad y flujo de caja.
Los tipos bajos y la alta inflación suelen requerir inversiones en activos más arriesgados para generar rendimientos que permitan preservar los ahorros y proporcionar unos ingresos adecuados en la jubilación, pero el riesgo de las inversiones debería disminuir con el tiempo para evitar las fluctuaciones del capital, lo que significa que quienes se acercan a la jubilación o la están viviendo deberían tener una estrategia de inversión de bajo riesgo. Sin embargo, las inversiones de bajo riesgo significan que los ahorros podrían correr el riesgo de ser erosionados por la inflación.
Además, muchos planes de pensiones están pasando de planes de prestación definida a planes de aportación definida. Ocho de cada 10 personas encuestadas en el marco de la encuesta Natixis Individual Investor lanzada en junio son conscientes de que este cambio hace recaer cada vez más en el individuo la responsabilidad de financiar su jubilación.
Como resultado de la transición a la contribución definida, la gran mayoría (80%) dice que estaría más inclinada a trabajar para una empresa que ofreciera aportaciones de pensión equivalentes. También creen que las inversiones ofrecidas en su plan pueden desempeñar un papel en el estímulo del ahorro para la jubilación, ya que siete de cada 10 dicen que tener acceso a inversiones que reflejen sus valores personales les motivaría a ahorrar más para la jubilación.
“Nos encontramos en un interesante punto de inflexión en el que la responsabilidad de una jubilación segura está pasando de los empleadores a los individuos. El acceso a un vehículo de ahorro para la jubilación adecuado, combinado con incentivos para ahorrar, es fundamental para los individuos, que tienen cada vez más responsabilidad en la selección de proveedores de inversión para la planificación de sus pensiones”, explica Sophie del Campo, Directora General de Natixis Investment Managers Iberia, Latam y US Offshore. “Por otro lado, la pandemia ha puesto de manifiesto la importancia de la sostenibilidad. No es sólo que la inversión ESG haya demostrado ser una estrategia ganadora y superadora; al mismo tiempo, la crisis ha puesto de manifiesto la amenaza que suponen los desequilibrios sociales y medioambientales para la seguridad financiera”, añade Del Campo.