Elecciones y devaluación son parte de una tradición en la economía argentina. Ante disputas electorales de medio o largo plazo, los gobiernos recurren a la emisión monetaria para crear una “atmósfera” de bienestar que les permita ganarse el voto popular. Este año, Diputados debe renovar (en noviembre) 127 de 257 bancas y el Senado 24 […]
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| 07 jul 2021
Elecciones y devaluación son parte de una tradición en la economía argentina. Ante disputas electorales de medio o largo plazo, los gobiernos recurren a la emisión monetaria para crear una “atmósfera” de bienestar que les permita ganarse el voto popular.
Este año, Diputados debe renovar (en noviembre) 127 de 257 bancas y el Senado 24 de sus 54. Para participar de tal renovación, los partidos deben definir sus candidatos en unas elecciones Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) a realizarse en septiembre.
Es decir, dos elecciones de aquí a fin de año. Dos oportunidades, por tanto, de que dispone el Gobierno de Alberto Fernández, muy desgastado por la pandemia, para llevar a la sociedad una sensación de mejoría con el fin de revalidar su gestión.
Aunque funcionarios de primera línea como el ministro de Hacienda, Martín Guzmán, y el jefe de ministros, Santiago Cafiero, han negado que esté en sus planes devaluar, es prácticamente consenso entre analistas y agentes del mercado que ocurrirá.
“Ni antes ni después de las elecciones, devaluaciones no va a haber”, dijo Cafiero al diario económico Cronista cuando le preguntaron, en junio, sobre perspectivas económicas y medidas para controlar una inflación que ya se escapa de su meta de 29% para el año.
“Tuvimos una inflación muy alta en marzo (4,8%) y de ahí en más empezó a desacelerarse”, agregó el ministro, atribuyendo a “especuladores” la instalación del tema devaluatorio en la prensa, así como las críticas a la inflación descontrolada y a los controles de precios.
“El tipo de cambio real está bien”, dijo por su parte Guzmán al canal C5N respondiendo, también en junio, sobre un eventual aumento del precio del dólar en pesos argentinos. “No hay nada más regresivo y que genere pobreza que un salto cambiario”, enfatizó el ministro.
Para reforzar su afirmación, el ministro dijo que el PIB argentino crecerá +7% este año y que la inflación, para la que fijó un límite de 29% anual, presenta una tendencia “decreciente” mes a mes. No obstante, la inflación interanual acumuló un 48,8% en mayo último, según datos oficiales.
No sólo el mercado da por sentada una devaluación. También el exministro de Economía Domingo Cavallo y el expresidente del Banco Central Juan Fábrega, entre otros, coinciden. Sólo divergen en la magnitud y la fecha.
Desde fuera, la percepción es la misma. El banco norteamericano y de inversiones Morgan Stanley opina que será en marzo de 2022 “para evitar el impacto negativo en las vacaciones” del verano austral, que ocurren a inicios de año. Prudente, el banco no arriesga porcentaje.
En tanto, en la agenda de Guzman, discípulo del neokeynesiano Joseph Stiglitz, figura como urgente la negociación de la deuda con el FMI de 45.000 millones de dólares. El funcionario ha venido ensayando diversas fórmulas de postergación, hasta ahora sin resultado.
Guzmán llegó a Italia este jueves para participar en la reunión de ministros de Hacienda y banqueros centrales del G20 que se realizará en Venecia a partir del viernes (9). Los analistas entienden que esta es su última oportunidad de llegar a un acuerdo con Kristalina Georgieva antes de las elecciones que se aproximan.