El Consejo de Gobierno del BCE anunciaba hace tan solo unos días que, después de haber hecho las pruebas pertinentes, decidía iniciar la fase de investigación del euro digital. La autoridad monetaria del viejo continente aseguraba que completará al eurofísico y además, puntualizaba que será más sostenible que la minería de criptomonedas como bitcoin. Para […]
El Consejo de Gobierno del BCE anunciaba hace tan solo unos días que, después de haber hecho las pruebas pertinentes, decidía iniciar la fase de investigación del euro digital. La autoridad monetaria del viejo continente aseguraba que completará al eurofísico y además, puntualizaba que será más sostenible que la minería de criptomonedas como bitcoin.
Para profundizar en la temática hemos querido contar con las declaraciones de Sergio Valenzuela, experto y analista independiente, que nos explica el contexto en el que se moverá este euro digital y sus perspectivas de futuro.
Un paso más hacia el cambio que se avecina en el sistema financiero.
No es una alternativa. Será una criptomoneda más. Debemos comprender que hoy en día existen multitud de criptomonedas cuya emisión y suministro va en función del dictado de sus creadores.
La principal diferencia entre estas y el euro digital es que esta última será una criptomoneda regulada y controlada por el Banco Central Europeo.
De ese modo, resulta obvio pensar que dicha moneda se integrará en nuestras vidas de un modo totalmente inocuo y transparente para el usuario final. Cambiando la infraestructura pero no nuestra percepción de la misma.
Sí debemos plantearnos, una vez establecido este nuevo sistema financiero, que otras criptomonedas formarán parte del mismo y bajo que criterios. Tanto para criptomonedas de bancos centrales (CBDC) como para otro tipo de proyectos.
Del 100%, y no sólo me refiero a implementar el euro digital como moneda digital de banco central, sino también a la aplicación de dicha tecnología a todo el sistema financiero. Esto es tokenizando deuda, acciones o cualquier tipo de activo regulado.
Así es. Sin lugar a dudas.
En el lado opuesto tenemos bitcoin como la criptomoneda más descentralizada.Este grado de descentralización supone que su emisión sea mucho más compleja, lo que se traduce en un consumo más elevado.
En cualquier caso, el relato del gasto energético hay que tomarlo con mucha cautela y objetividad. No debemos olvidar que la emisión de moneda es tan sólo una de las cuestiones.
Cuando se enjuicia sobre la huella de carbono de Bitcoin no se mide con el mismo rasero versus el resto de industrias que nos rodean. Las ramas no nos dejan ver el bosque.
El euro digital es un paso más hacia la digitalización y el control del individuo gracias a la identidad digital y otros desarrollos en la misma línea. Desde el BCE afirman que el euro digital coexistirá con el físico. Tal vez al principio, pero los planes van más allá de eso. Pura Agenda 2030.
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