A pesar de no haber presenciado ninguna reunión de la cúpula de BBVA, no es difícil pensar que algunas de las palabras más mencionadas durante las mismas hayan sido Villarejo, Turquía, Estados Unidos, México o ERE. El presidente de esas reuniones, Carlos Torres, en el cargo desde el 1 de enero de 2019, vio cómo […]
NacionalDirigentes Digital
| 20 dic 2019
A pesar de no haber presenciado ninguna reunión de la cúpula de BBVA, no es difícil pensar que algunas de las palabras más mencionadas durante las mismas hayan sido Villarejo, Turquía, Estados Unidos, México o ERE.
El presidente de esas reuniones, Carlos Torres, en el cargo desde el 1 de enero de 2019, vio cómo su ascenso se precipitó por todo lo que tenía que ver con la relación del banco con Cenyt, la empresa que Villarejo utilizaba para llevar a cabo sus espionajes entre todo tipo de dirigentes políticos y empresariales. Tras la información que apareció en prensa a finales de mayo y el posterior inicio de una investigación en junio, el banco decidió en septiembre de 2018 darle la batuta a Torres en perjuicio de Francisco González, máximo responsable en ese momento y durante la etapa en la que BBVA y Cenyt estuvieron relacionados.
La decisión del banco fue retirar a González de la presidencia e iniciar una nueva etapa, que incluso se ejemplificó con un cambio de imagen corporativa. Así, el primer año de Carlos Torres puede calificarse de cualquier modo menos de tranquilo, teniendo en cuenta la situación general del sector, con los reducidos márgenes del negocio bancario por los tipos de interés negativos. Más inquieto si cabe si se añaden los propios problemas que fueron surgiendo a BBVA.
A principios de 2019 se empezó a conocer que BBVA había espiado a personalidades como el rey emérito, Juan Carlos I, o el expresidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet. En ese momento Carlos Torres, optando por la transparencia, se dirigió a sus empleados reconociendo que “se ha comprobado que efectivamente dicho grupo prestó servicios diversos al banco”, y además se comprometió a esclarecer los hechos, para lo cual se había iniciado a mediados de 2018 una investigación que, en enero de 2019 seguía en marcha.
Poco antes de la Junta de Accionistas, el banco emite un documento en el que reconoce “impacto reputacional” por el escándalo. De ese modo, continúa la aparición de noticias acerca de la relación entre González y Villarejo. Tanto es así que González deja la presidencia de honor en marzo. Durante esos momentos, la presión sobre el banco llegó de todos los frentes, hasta el propio Banco Central Europeo, que en palabras del vicepresidente Luis de Guindos alertaba sobre el impacto en la reputación de un caso de ese calibre. Además, de Guindos pedía a BBVA celeridad en la investigación.
Dada la lentitud del banco en esclarecer qué había sucedido, la Justicia hizo su aparición. Ya se encontraba investigando el caso, pero el 24 de julio la Fiscalía Anticorrupción pide la imputación del banco, extremo que se confirma el día 29 de ese mismo mes. La Fiscalía acusaba a BBVA de hechos “constitutivos de los delitos de cohecho, descubrimiento y revelación de secretos y corrupción en los negocios”. En la petición se habla de “seguimientos personales y acceso a sus comunicaciones o a su documentación bancaria”. La incertidumbre concluye con la citación el 24 de septiembre a declarar, si bien acabó retrasándose. Durante ese periodo, BBVA decidió deshacerse de su filial en Paraguay, consumando otra de las salidas del banco de mercados poco rentables.
El problema adquiere tal magnitud y genera tanta información que el propio BBVA crea un espacio específico en su web en el que se recoge toda la información relativa al caso Cenyt. A la vez, BBVA se enfrenta a la Justicia. Adolfo Fraguas, responsable de los Servicios Jurídicos de BBVA España, contesta a las preguntas de Manuel García Castellón en la Audiencia Nacional.
La investigación judicial avanza y el juez decide imputar a Francisco González, expresidente del banco, para que dé explicaciones. Por su parte, BBVA continúa colaborando con la justicia y aportando su punto de vista a los hechos investigados.
Este mes de diciembre concluyó la declaración de Fraguas ante la Audiencia Nacional. Pero por si fuera poco, los escándalos alrededor del banco a propósito de Villarejo y González imposibilitan realizar una de las tareas pendientes: un ERE. No obstante, ya se habla de que BBVA recortará hasta un 3% de la plantilla en ‘Client Solutions‘, una de las áreas clave del banco. Por otro lado, la situación de los negocios en Estados Unidos ha obligado a BBVA a advertir al mercado de que sus resultados sufrirán un impacto de 1.500 millones de dólares, si bien explican que no tendrá repercusión en el reparto de dividendos.