El último lustro en Europa ha sido especialmente bueno para el mercado de los ETFs. Según publica Morningstar en su informe “A Guided Tour of the European ETF Marketplace”, los activos bajo gestión domiciliados en el Viejo Continente se han duplicado y han alcanzado los 760.000 millones de euros a fecha de 1 de abril de 2019. En la actualidad, estos productos representan el 8,6% del total del patrimonio de los fondos de inversión europeos, cabe recordar que hace solo cinco años el porcentaje era del 5,5%.

Si el crecimiento ha sido bueno durante este último lustro, el futuro seguirá la misma senda. Los expertos de Morningstar aseguran que “la adopción de los ETFs en toda Europa se acelerará, impulsada por cambios normativos favorables, por la innovación y por un reconocimiento cada vez mayor de los beneficios a largo plazo de la inversión de bajo coste”, destacan. Según nuestras estimaciones el sector podría alcanzar los 2 billones de euros de activos en 2024.

En los últimos dos años se ha producido una explosión de fusiones y adquisiciones en el mercado europeo de ETFs. Varios de los gestores de activos más grandes del mundo han entrado en la arena y han comenzado a mostrar su poderío.

A esto se le suma que estos productos innovan casi cada día, ya que los ETFs de renta variable cada vez llegan más a los fondos y son cada vez más solicitados por los clientes. Sobre todo, los ETFs relacionados con el ESG – los criterios de inversión de medioambiente, socialmente responsables y de bueno gobierno – se han convertido en la estrella.

“A pesar de todo lo que se habla de los ETFs gestionados activamente, siguen siendo una pequeña porción del mercado, con sólo el 1% de los activos.”, señala Morningstar.

Una de las claves del éxito es que las comisiones de los ETFs son cada vez más bajas. La presión sobre los costes obliga a los proveedores de ETFs a asociarse con proveedores de índices más pequeños y baratos e incluso a considerar la posibilidad de autoindexarse.