Son varios los factores que están detrás de este reconocimiento de BASF de que no va a poder cumplir en este 2019 con las expectativas que se había marcado. La empresa química más grande del mundo señala que la desaceleración de los mercados agrícolas y el impacto de la guerra comercial entre Estados Unidos y China le llevarán a reducir las ganancias en un 30 por ciento este año. Pero no solo eso, también ha tenido mucho que ver la debilidad del sector automotriz. No hay que olvidar que la compañía suministra a industrias que van desde la de automóviles hasta productos de consumo y chips.

Los próximos resultados que va a presentar la empresa son los del segundo trimestre del ejercicio: espera un descenso del 4 por ciento en las ventas hasta los 15.200 millones de euros. Por lo que toca al beneficio neto, la previsión pasa por conseguir unos 6.500 millones.