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Inversión

Claves para proteger la cartera en verano

No hay una pauta contundente, una evidencia empírica infalible que nos haga pensar que los meses de julio y agosto sean bajistas en los mercados. Sí que ha habido años en los que los veranos han sido especialmente complicados y eso, unido al menor volumen en esos meses estivales, quizás ha fomentado esa creencia. “Siempre […]

26 jul 2019

No hay una pauta contundente, una evidencia empírica infalible que nos haga pensar que los meses de julio y agosto sean bajistas en los mercados. Sí que ha habido años en los que los veranos han sido especialmente complicados y eso, unido al menor volumen en esos meses estivales, quizás ha fomentado esa creencia. “Siempre hay motivos de preocupación en el mercado, de modo que nuestra recomendación pasa por mantener una cartera que esté orientada al medio plazo para poder olvidarse de las fluctuaciones a corto”, aconseja Marta Díaz-Bajo, directora de análisis de fondos de atl Capital. De hecho, cree que dejarse llevar por el ruido del día a día puede confundir y hacernos desinvertir de forma precipitada, con las complicaciones que ello conlleva. “Salirse es muy fácil, lo difícil es volver a entrar”, apunta.

En todo caso, y partiendo de esta base, nunca está de más repasar e incluso repensar las estrategias de cara al verano para comprobar si están en línea a nuestros objetivos. Sobre todo porque, como asegura Pablo García, director de Divacons-Alphavalue, “si esperamos recortes de estimaciones de beneficios y que los bancos centrales bajen tipos, eso significa que el entorno macro va a ser peor y que posiblemente las acciones caigan tras las cuentas del segundo trimestre”. Por tanto, ¿qué se puede hacer?

Rebajar exposición a riesgo

Si uno quiere desconectar en verano y estar al margen de preocupaciones por lo que toca a sus inversiones está la opción de “reducir exposición a bolsa vendiendo parte de la cartera y quedándote en liquidez en vacaciones”, señala Nicolás López, director de inversiones de MG Valores. Pero recuerda que no es una decisión que se deba tomar a la ligera. “Cualquier acción que vendas genera un resultado y eso hay que tenerlo en cuenta desde el punto de vista fiscal porque quizás al inversor no le interese aflorar plusvalías o minusvalías en el momento actual”, apunta. A partir de ahí, y conscientes de este aspecto, una alternativa para proteger la cartera de eventuales movimientos a la baja es darle un sesgo más defensivo rotando desde sectores a priori más volátiles o de mayor riesgo, como bancos, materias primas, recursos básicos o automóviles hacia otros más tranquilos. “Compañías de infraestructuras como AENA, Ferrovial o ACS (por Abertis), que pagan un buen dividendo y que tienen un modelo de gestión previsible y que funciona en el actual entorno de tipos bajos” son algunas de las ideas que propone López, al igual que las utilities.

Este último sector es uno de los clásicos a la hora de buscar refugio pero sin salirse de renta variable. Una idea que defiende Glen Chapman, director de análisis y estrategia de renta variable y crédito de Banco Sabadell. “El verano puede tener sus riesgos pero no comulgamos para nada con la idea de que vamos a entrar en recesión ni de que sea el fin del mundo”, afirma. Incluso recuerda que hay elementos que les hacen ser positivos de cara a la última parte del año, sobre todo si hay caídas en verano. Entre ellos, cita el programa de estímulos que China tiene en marcha, la posibilidad de que EE.UU. reactive los suyos, que la FED baje tipos o “que los grandes fondos están todos ligeramente infraponderados en el activo renta variable”. Es decir, llama la atención sobre un aspecto clave: “cuidado con no estar en el mercado por evitar una consolidación en verano y quedarte fuera de una posible mejor evolución en la última parte del ejercicio”.

Así las cosas y ante la situación actual de los mercados, Capman considera que hay que buscar valores descorrelacionados con los datos macro, con el comercio mundial y descorrelacionados también con la rentabilidad de la deuda, es decir, empresas cuya evolución bursátil es inversa a la evolución de los tipos de interés: las conocidas como bond proxies. En este sentido, cita a las mencionadas utilites, al sector de las telecomunicaciones (Telefónica y MásMóvil), al retail (Inditex o la firma de lujo Kering) y también al sector farmacia (Essilor) o al inmobiliaro (Merlin o Colonial). Eso sin olvidar que el entorno es “más favorable para emergentes, así que quizás sea positivo diversificar en este área de cara al verano y a lo que queda de año”, subraya.

Antonio Castelo, analista de iBroker, seleccionaría valores con menos volatilidad como las socimis Colonial y Merlin Properties, utilities como Iberdrola o Endesa y también a compañías del continuo como FCC, Almirall, Rovi, Vidrala o Coca Cola European Partners, valores todos ellos “que no se espera que puedan dar grandes sustos”. Coincide en algunos nombres Enrique Zamácola, director de mercados de Link Securities, quien admite que la recomendación a los clientes más agresivos es volverse un poco más cautos en verano (60 % de la cartera en valores defensivos). “Buscamos valores con buenos fundamentales que no estén excesivamente caros y con buenos dividendos, como Enagás o incluso Iberdrola (...) Y para la parte más conservadora tendría títulos como Veolia, Enel, Total o Repsol”. Eso sí, admite que para el resto de la cartera buscaría compañías más de ciclo como Airbus, Cie Automotive, MásMóvil o Acerinox.

Desde GVC Gaesco Beka reconocen que tendrían la mitad de la cartera en caja y con el otro 50 por ciento “estaríamos en valores de elevada rentabilidad por dividendo o en títulos muy castigados”, asegura su director de inversiones, Víctor Peiró. Y entre los nombres que más les gustan estarían la portuguesa REN, Repsol, The Navigator Company, Sacyr o Talgo.

Cubrise con derivados

Existen múltiples coberturas que se pueden realizar con derivados, aunque esto es algo que Nicolás López dejaría en manos de gestores cualificados. “Comprar opciones put es una forma de protegerse de posibles pérdidas sin tener que vender las acciones. Pagas una prima (como si pagases una prima de un seguro), que es el coste de esa opción y que puede ser un tres, un cuatro o un cinco por ciento del valor de la cartera. Eso es lo que podría costar protegerse durante dos meses”, señala.

Para el director general de Divancos-Alphavalue “una buena opción es vender futuros uno a uno y en función de si ves que las cosas van mejor puedes bajar la cobertura y exponerte más y viceversa”. Pero hay un sinfín de alternativas, como apunta Castelo. “Se suele ver al producto derivado como algo especulativo, terrible o peligroso y no es así. Un futuro es algo que nace históricamente para cubrir posiciones de contado", señala.

Y con fondos...

La facilidad que ofrecen los fondos para moverte de un producto a otro sin peaje fiscal es una gran ventaja si uno piensa en rotar de cara a sentirse más protegido ante eventuales sustos en verano. Aquí la opción más sencilla es “llevarse un porcentaje de esa parte de mayor riesgo a un monetario”, asegura Marta Díaz-Bajo. Pero la directora de análisis de fondos de atl Capital, quien reconoce que han ido reduciendo riesgo en las carteras desde finales de abril, menciona otras alternativas para este porcentaje: meterse en un activo refugio como puede ser el bono del gobierno americano en el que “si no cubro la divisa, tengo riesgo dólar pero me pagan algo más”. Otra opción “más dura es comprar bonos alemanes” y estaría la posibilidad de adquirir bonos de otros países considerados refugio como Suiza o Japón “pero siempre conociendo los riesgos de entrar en cada activo y en cada divisa no vaya a ser que se acabe perdiendo más que el riesgo del que uno se quería cubrir”. Lo que no tiene claro es el papel del oro como refugio, pese a la creencia generalizada, “porque es más volátil que la renta variable”.

La fórmula planteada por Cobalto Inversiones EAF pasa por “comprar bonos estructurados con capital garantizado que tengan exposición a bolsa”, asegura su asesor de inversiones, Diego González. También por “vender fondos 100 por 100 renta variable y meterlos en multiactivos de gestión flexible en los que el gestor tiene margen para mover los pesos y la exposición a renta variable” o incluir fondos de mínima varianza “que lo hacen mejor cuando hay correcciones”. Opciones que serían como “bajar los delanteros al centro del campo”, pero también “se pueden sacar más porteros”: liquidez, dólares, letras del Tesoro de EE.UU y, en este caso, sí son partidarios de incluir oro como medida de cobertura. Como vemos, alternativas hay. El tema está en que cada uno seleccione la que más le conviene.

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