El oro sube un 10,5% en lo que llevamos de año y más de un 14% desde los mínimos marcados en marzo. El interés de los inversores por este activo ha vivido un claro resurgir en los peores momentos de la crisis actual, al compás de la huida del riego, de modo que ahora hay […]
El oro sube un 10,5% en lo que llevamos de año y más de un 14% desde los mínimos marcados en marzo. El interés de los inversores por este activo ha vivido un claro resurgir en los peores momentos de la crisis actual, al compás de la huida del riego, de modo que ahora hay quien se pregunta si, una vez que el mercado recoge que ha quedado atrás lo más oscuro de la crisis, hay que reducir exposición al metal brillante.
¿Posición neutra?
Los expertos se inclinan por mantener la exposición al oro. Se abstienen de recomendar una reducción de su posición en cartera pese a las cotas alcanzadas, aunque muchos también de aumentar en el punto actual. La clave de todo estará en si el entorno económico proseguirá su mejoría o hay riesgo de mayor deterioro. Y esto va a depender de una eventual segunda oleada de infecciones como resultado de la relajación de las medidas de aislamiento social. Si no es así, lo lógico sería que los precios del oro tendieran a bajar más que a subir, pero la incertidumbre actual invita a la prudencia.
De momento, en Tressis tienen claro que mantienen su exposición a oro por varias razones, como explica Daniel Lacalle, su economista jefe. “En un entorno de masiva correlación entre renta fija y renta variable es un activo que no sólo te da descorrelación sino que además te protege contra el aumento desproporcionado de la masa monetaria por parte de los bancos centrales”. Lacalle recuerda que éstos deben comprar más oro al compás que aumentan su balance y reseña también no sólo la demanda general de metal brillante, sino la procedente de mercados emergentes, ante la destrucción del poder adquisitivo de sus monedas. Por tanto, cree que “merece la pena tenerlo en la cartera para reducir exposición a volatilidad”.
Para los expertos de OFI AM -gestora francesa que distribuye en España a través de Selinca AV el fondo OFI Financial Investment Precious Metals-, pese a la mayor estabilidad que lucen los mercados en las dos últimas semanas, el alto endeudamiento público y la incertidumbre continuarán impulsando al alza el precio tanto del oro como de la plata. Recuerdan que, por el lado de la demanda, se observa un fuerte aumento tanto de las inversiones a través de ETFs como de las compras por parte de los bancos centrales, así como el hecho de que, en ciclos recesivos, suele subir porque los bancos centrales bajan los tipos más rápido de lo que lo hace la inflación. Además, aseguran que aunque como activo, el oro no aporta dividendos, un entorno de tipos reales negativos atrae el interés sobre todo de inversores institucionales.
A Pablo Gil, estratega jefe en España de XTB, tener oro en cartera le parece una buena idea en el momento actual. “Normalmente cuando aumentas tanto la base monetaria las divisas tradicionales tienden a depreciarse, por tanto buscar pseudo-divisas que puedan recuperar valoración frente a la divisa tradicional puede ser un tema interesante a tener en cuenta en nuestra cartera. Y el oro actúa de esa forma”, explica. Junto a ello, apunta a que suele ser una buena cobertura a los riesgos de inflación -ahora inexistentes- pero cree que “cuando la economía se recupere habrá que estar muy pendientes de lo que pasa con toda esta cantidad de dinero que se ha inyectado y se ha creado de la nada porque sí que podría dar lugar a presiones inflacionistas”.
Mientras, Víctor Hernandez Gimeno, cogestor del fondo Esfera Seasonal Quant Multistrategy, especializado en materias primas, asegura también que cuentan con una estrategia alcista en oro. “Ahora mismo confiamos bastante en el oro porque la obsesión de los bancos centrales de crear dinero de la nada sólo puede beneficiar al oro y la plata”, explica.
Desde un punto de vista técnico, Roberto Moro, analista de Apta Negocios, cree que el oro es el mejor subyacente en el mercado actual. Cree que tiene visos no sólo de “atacar los máximos de principios de abril en los 1.790 sino de superarlos y entrar en la dinámica que desde hace tiempo me parece más probable, la de la búsqueda de sus máximos históricos en la zona de 1.920, como mínimo”. En todo caso, indica el nivel por debajo del cual habría que replantearse su escenario de continuidad alcista: que cierre por debajo de cotas de 1.670 puntos.