La volatilidad está siendo la tónica en los mercados durante este 2018. En 2017 apenas se presenciaron ocho movimientos diarios de más de un 1% en el S&P 500. La cifra en 2018 es mucho más alta y es algo con los que los “inversores tendremos que aprender a convivir”, señala Oliver Blackbourn, gestor del equipo multi-activo de Janus Henderson.

Los mercados de valores han vivido una importante corrección en estos últimos días, el Dow Jones y el S&P 500 cayeron un 3% el pasado miércoles 10 de octubre y el Nasdaq se dejó un 4%. “La Reserva Federal de Estados Unidos está generando un gran interés en los mercados. La subida de tipos está generando efectos que se sienten en todos los mercados”, explica Blackbourn. Al mismo tiempo, la subida de la rentabilidad del Treasury está atrayendo a diversos inversores, haciendo que se canalice más dinero hacia la renta fija y menos hacia la variable.

“Las empresas deben lidiar con varios hándicaps: el aumento de los costos de endeudamiento, el aumento de los salarios, un precio del petróleo más alto, un dólar estadounidense más fuerte y tensiones comerciales”, señala el gestor.

Según estimaciones de IBES de Thomson Reuters Datastream, el crecimiento de las ganancias del S&P 500 será superior al 20% en 2018, pero se prevé un retroceso en 2019. De hecho, se especula con que las ganancias sean del 10% en los próximos dos años. Un crecimiento más moderado de las ganancias que influirán en los mercados.

Además, y según explica el gestor, las grandes tecnológicas, que son las que más están creciendo en la bolsa estadounidense, están viviendo tiempos turbulentos. El continuo cuestionamiento sobre los problemas de privacidad, de seguridad y sobre la estrategia están siendo los grandes escollos.

“2017 fue un año de rendimientos particularmente suaves, ayudado por una ola de flexibilización cuantitativa del banco central. 2018 se ha visto que la Fed ha cambado de política y el BCE ya ha anunciado el cambio”, explica Blackbourn.