En el momento en el que nos encontramos, todos somos conscientes de que el tradicional dinero en efectivo ha dado paso a los pagos en digital, una tendencia que sin duda se ha acelerado con la pandemia Covid-19 que todavía hoy sufrimos. 

Y es que, aunque actualmente estemos hablando incluso de monedas digitales como Bitcoin o Ethereum así como de su alta volatilidad en las inversiones y la tecnología blockhain, lo cierto es que cabe destacar cuál va a ser primeramente en el futuro deriva del dinero en efectivo.

De hecho, Jody Jonsson, Gestora de Renta Variable de Capital Group augura que en cosa de diez año, lo normal será pagar en forma digital. “La gente te mirará de forma extraña si intentas pagar en efectivo”, sentencia. 

Y es que aunque en occidente podamos hablar de una normalización gradual de la adquisición de las finanzas digitales, lo cierto es que en los últimos años los mercados emergentes han dado la campanada. 

Ante la megatendencia de inversión y de hábitos que se han convertido las nuevas tecnologías, en estos países, donde muchos consumidores no tenían hace unos años ni una cuenta corriente, han adoptado rápidamente la tecnología de pagos con el móvil. 

Tal y como se puede ver en el siguiente gráfico, si en el año 2016 Norteamérica y Europa lideraban los pagos digitales, a partir del año 2018 es Asia-Pacífico la región que se impone, aunque en todo el mundo se puede ver una tendencia al alza. 

Fuente: Capital Group

La pandemia ha acelerado la tendencia

Así, y a pesar de que el cambio de dinero físico a las transacciones digitales era algo que indiscutiblemente se iba a imponer, irremediablemente la pandemia Covid-19 y sus medidas de confinamiento y distancia social lo han acelerado. 

“La pandemia ha acelerado el uso de los pagos digitales en todo el mundo, incluso en aquellos países en los que no estaban incorporados a la vida diaria”, explica la experta de la gestora. 

Un hábito estructural que favorece a las compañías con presencia global

Y aunque esta situación terminará antes o después de la mano de la vacunación masiva que ya se está llevando a cabo den todo el globo, parece que los pagos digitales van a continuar con nosotros como una tendencia estructural y un hábito. 

“Creo que, cuando acabe la crisis, mucha más gente estará acostumbrada a realizar pagos digitales y es probable que no sientan la necesidad de utilizar tan a menudo el dinero en efectivo”, aclara Jonsson. 

Todo apunta por tanto, tal y como indica la entendida, que los consumidores se acostumbrarán cada vez más a la tecnología, lo que podría favorecer a las grandes compañías con presencia global. 

“También hemos asistido a un fuerte crecimiento de compañías más pequeñas situadas en países como Brasil que ofrecen plataformas de pagos móviles para comercios”, apuntala gestora.