A los inversores no les convencen los términos del rescate a la compañía, que cuenta con el respaldo de la banca acreedora y de los tenedores de bonos y que está encabezado por la firma china Fosun.

La compañía del gigante asiático aporta una inyección de liquidez de 497 millones de euros y se queda con el menos el 75 por ciento del negocio de los operadores turísticos y el 25 por ciento de la facturación de la división de aerolíneas, según detalla Bloomberg.

Mientras, los bancos acreedores y los tenedores de bonos aportarán la misma cantidad pero, en este caso, un 75 por ciento para la aerolínea y un 25 por ciento para la parte de turoperadores.

El rescate se negociaba con Fosun, principal accionista de la compañía con un 17 por ciento del capital, desde el pasado mes de julio. El plan de salvamento contempla una profunda reestructuración del negocio de Thomas Cook.