Tener una buena salud financiera es una preocupación para muchos. De hecho, el informe Millennials Savings Report 2019 ha revelado que los jóvenes de entre 20 y 35 años que más ahorran son los españoles – consiguen ahorrar 188 euros mensuales –. Sin embargo, el problema de estos jóvenes es que ahorran, pero no invierten […]
Tener una buena salud financiera es una preocupación para muchos. De hecho, el informe Millennials Savings Report 2019 ha revelado que los jóvenes de entre 20 y 35 años que más ahorran son los españoles – consiguen ahorrar 188 euros mensuales –. Sin embargo, el problema de estos jóvenes es que ahorran, pero no invierten el dinero. Una problemática que se puede extender al resto de la sociedad española.
El problema es que ahorrar sin invertir puede generar un problema a largo plazo debido a la inflación. “Invertir es fundamental por una razón muy sencilla: el dinero pierde valor con el tiempo debido a la inflación. Estamos acostumbrados a que nos presenten una inflación moderada (en torno al 2%) como algo bueno, incluso deseable. Lo que cuesta más ver es que la inflación nos empobrece, pues nuestro dinero cada vez tiene menos capacidad de compra. El café que hace unos años te tomabas por 1€, ahora te cuesta 1,20€. Es el mismo café y la misma moneda de 1€, pero ahora con ese euro no puedes pagar el café.”, explica el analista financiero Eugenio Díaz Laborda.
“Ahorrar es solo la mitad de la ecuación para conseguir una estabilidad financiera en el futuro, ya sea para la jubilación, en un entorno en el que la sostenibilidad de las pensiones está cada vez más en duda, o para la llamada independencia financiera, que es tener suficiente capital para poder vivir sin trabajar”, explica Antonio Aspas, socio de la gestora Buy&Hold.
¿Por qué la clave es invertir?
Sin inversión, el ahorro no termina de ser rentable. “Si tuviésemos ahorrados 10.000€ hoy y durante los próximos 15 años la inflación fuese del 2% cada año, al final de esos 15 años nuestros 10.000€ habrían perdido un 24,6% de valor.”, explica Díaz Laborda.
Invertir, por tanto, es necesario para combatir la inflación y así “preservar el valor y el poder de compra de nuestros ahorros. Siempre y cuando consigamos obtener una rentabilidad igual o superior a la inflación”, puntualiza el analista.
Antonio Aspas ejemplifica lo que supone el ahorro sin inversión y el ahorro con inversión. “Si una persona ahorra 6.000 euros al año durante 35 años habrá ahorrar 210.000 euros, si ese dinero lo invierte y consigue una rentabilidad del 2% anual – que salvaría la inflación – habrá obtenido 300.000 euros. Pero, si la rentabilidad de lo invertido es del 4% tendrá 442.000 euros, con un 6% tendrá 668.000 euros y con un 8% lograría 1.034.000 euros”, comenta. Es decir, ahorrar 210.000 euros sin invertirlos crea un colchón financiero, pero no salva la inflación, sin embargo, si ese dinero se invierte se consigue multiplicarlo a lo largo de los años.
Invertir a largo plazo
La puntualización que cabe hacer aquí es saber si el ahorro se quiere hacer para el corto plazo o para buscar una rentabilidad a largo. “Sólo se deben invertir aquellos ahorros que no se vayan a necesitar a corto o medio plazo. Es decir, si tenemos 20.000€ ahorrados para dar la entrada de una casa dentro de 3 años, es mejor dejarlos en la cuenta corriente y no invertirlos, ya que puede ser que cuando los necesitemos el momento de mercado no sea bueno y estemos obligados a recuperar nuestra inversión con pérdidas.”, comenta Eugenio Díaz Laborda. Según el consenso común de los analistas invertir a largo plazo obliga a hacerlo con vistas más allá de 6 años.