Tal y como preveían las encuestas, las elecciones presidenciales francesas del pasado domingo reflejaron la voluntad de que sean el liberal y actual presidente de la República, Emmanuel Macron, y la ultraderechista Marine Le Pen, los candidatos que se encontrarán en la segunda ronda de votaciones del próximo 24 de abril. Según datos del Ministerio […]
BolsasTal y como preveían las encuestas, las elecciones presidenciales francesas del pasado domingo reflejaron la voluntad de que sean el liberal y actual presidente de la República, Emmanuel Macron, y la ultraderechista Marine Le Pen, los candidatos que se encontrarán en la segunda ronda de votaciones del próximo 24 de abril.
Según datos del Ministerio del Interior galo y con el 99% del voto escrutado, Macron, del partido La République en marche (LMER) y actual mandatario, habría conseguido el 27,6% del voto, seguido de Le Pen, del Rassemblement National (RN), que habría conseguido el 23,4%.
A pesar de que los últimos sondeos mostraban unos resultados más ajustados, lo cierto es que el papel mediador de Macron en la guerra de Ucrania de las últimas semanas ha hecho que el presidente de la République haya ganado simpatizantes.
Y es que a pesar de que el buen resultado de Macron parece haber calmado a los inversores, y según los analista, reforzado al euro, los ojos del mercado ahora se centran en los sondeos de la segunda votación, que muestran un margen más estrecho. Las estimaciones de voto para el 24 de abril que dan los sondeos son un 53% para Macron frente al 47% de Le Pen.
De hecho para Ludovic Colin, Co-Head of Fixed Income Opportunities, Portfolio Manager, Vontobel, la probabilidad de que haya sorpresas en esta segunda vuelta ha aumentado. “Francia es un país en el que a la gente no le gusta decir abiertamente a qué o a quién va a votar. En 2002, y en 2017 con el “frente republicano”, la gente perteneciente a cualquier filiación política votando en contra de los Le Pens (Padre e Hija), se volcó masivamente en la segunda vuelta. Ahora, no parece que este frente no sea fuerte, todavía. El debate de la segunda vuelta entre los dos candidatos es siempre extremadamente importante. Mitterrand ganó en 1981 gracias a ese debate, Sarkozy destruyó a su oponente en 2007, y Macron aseguró el frente republicano durante dicho debate en 2017”, comenta.
Eso sí, para Gilles Moëc, economista jefe en la gestora AXA IM,“ninguno de los dos candidatos puede ganar sin atraer a algunos votantes de la izquierda” ya que “el comportamiento de los electores de izquierda será más crucial que en 2017”.
Ante esta situación, los expertos del banco privado suizo Julius Baer señalan que la renta variable francesa podría seguir siendo volátil hasta la segunda ronda de votaciones dentro de dos semanas.
“Dicho esto, nuestro caso base sigue siendo que Macron será reelegido, ya que debería ser capaz de reunir más apoyo de los otros candidatos que no pasarán a la siguiente ronda. Además, los riesgos para los activos franceses si Le Pen gana también han disminuido en comparación con 2017, ya que ya no aboga por un “Frexit” y la probabilidad de que su partido obtenga una mayoría en las elecciones parlamentarias de junio es escasa, lo que probablemente se traduciría en un poder limitado”, explica Mathieu Racheter, Jefe de Investigación de Estrategias de Renta Variable, Julius Baer.
“Entre nuestras tablas de puntuación por países, el mercado de renta variable francés es el que presenta actualmente las tendencias de beneficios más sólidas. Mientras tanto, las valoraciones vuelven a ser atractivas: la relación precio/beneficio a 12 meses vuelve a estar una desviación estándar por debajo de la media histórica, a pesar de sus características de crecimiento superiores a la media. Por lo tanto, el mercado de renta variable francés ofrece actualmente un punto de entrada atractivo para obtener exposición a valores de crecimiento de alta calidad a un precio razonable”, añade el experto.
“Una victoria de Le Pen muy probablemente desencadenaría un importante sentimiento de aversión al riesgo en torno a los activos franceses y a muchos otros activos europeos. Sus planes fiscales, de aplicarse, empeorarían las finanzas públicas francesas. Además, Le Pen estaría mal equipada para asumir el liderazgo sobre los asuntos europeos que tiene Macron y probablemente le resultaría más difícil trabajar con la coalición alemana. A diferencia de Macron, que ha impulsado fuertemente una mayor integración europea y occidental, Le Pen probablemente debilitaría la unidad occidental y dejaría a Europa más fragmentada con menos espacio para impulsar la inversión a nivel europeo”, indica Pietro Baffico, Economista de abrdn.
En lo que respecta a la fortaleza del euro, Ben Laidler, estratega de mercados globales de eToro, señala que la potencial victoria de Macron en segunda ronda podría ayudar la moneda única. “Un consenso todavía abrumador sobre una victoria de Macron el 24 de abril en la segunda ronda podría ver los esfuerzos para abordar el aumento de los costes para los consumidores, la preocupación número uno de los votantes, con más restricciones en los precios de la energía y la introducción de vales de alimentos. Una victoria de Macron podría ayudar al euro”, explica.
El triunfo del partido extremista de Le Pen en las urnas de esta primera ronda del pasado domingo también ha inquietado a las perspectivas sobre el crédito.
De hecho, Thomas Gillet, responsable de calificación de deuda soberana y del sector público de Scope Ratings, comenta que “debido a la estrecha ventaja con la que cuenta Macron sobre Le Pen en las encuestas, el resultado de las elecciones legislativas en junio, así como la segunda ronda de las elecciones presidenciales del 24 de abril, serán decisivos para las finanzas públicas de Francia ya que determinarán si el país tendrá un presidente reformista y capaz de gobernar con una mayoría parlamentaria”.
Y comenta el experto que la aplicación de las reformas es fundamental para que Francia (AA/Estable) pueda hacer frente a los retos económicos y sociales estructurales, como el aumento de la deuda pública, el descenso de la productividad y la competitividad, las rigideces residuales del mercado laboral, además del coste que supone el envejecimiento de la población del país y la transición energética.
Por su parte, Gilles Moëc también comenta que la victoria de Le Pen “podría desencadenar rápidamente una parálisis institucional” en Francia ya que, tal y como explica el economista, “asegurar una victoria para su partido en solitario en junio sería difícil”. Así, también indica que “lo mismo puede ocurrir en el ámbito europeo” ya que “un mayor avance en términos de integración fiscal sería poco realista”. Por ello, Moëc advierte: “Esto llamaría la atención del mercado, y la reciente ampliación del diferencial francés sólo sería un anticipo. Si esto coincide con la parálisis política y las divisiones a nivel europeo, París no podría contar con la solidaridad de la UE para hacer frente a la presión del mercado”.
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