Les une que ambas categorías de fondos pueden invertir en varios tipos de activos: desde renta variable y renta fija, hasta derivados e incluso activos inmobiliarios… Sin embargo, como explica Paula Mercado, directora de análisis de VDOS, la diferencia más significativa entre los fondos multiactivo y los fondos alternativos es la forma de gestión. Mientras […]
Les une que ambas categorías de fondos pueden invertir en varios tipos de activos: desde renta variable y renta fija, hasta derivados e incluso activos inmobiliarios… Sin embargo, como explica Paula Mercado, directora de análisis de VDOS, la diferencia más significativa entre los fondos multiactivo y los fondos alternativos es la forma de gestión. Mientras que estos últimos “utilizan estrategias de inversión alternativa, como market neutral, event driven o long/short, entre otras, para obtener rentabilidad absoluta, los fondos multiactivo se gestionan activamente, pero de forma convencional, sin aplicar estrategias alternativas ni perseguir una rentabilidad absoluta”. Un punto clave de distinción en el que insiste Carlos Fernández, profesor del IEB. “La gran diferencia es que los multiactivo son fondos de asset allocation y los segundos fondos de muchas clases que tienen en común que son estrategias de hedge funds, orientados a retorno absoluto, con liquidez y regulados en formato UCIT”. Dado que sus objetivos son diferentes, en un caso diversificar y ofrecer rentabilidad reduciendo el nivel de riesgo y, en otro, obtener una rentabilidad absoluta en cualquier momento de mercado, no son excluyentes en una cartera.
Fondos multiactivo
Para Juan Manuel Vicente, consejero de Fondos Directo, los fondos multiactivo pueden tener sentido siempre que se recurra a una casa especialista en este producto “o para patrimonios no muy grandes donde el ahorro disponible es pequeño”. En este caso, “puede ser una opción comprar 2 o 3 fondos multiactivo, delegar la gestión de las inversiones en esas entidades y ya está”, mientras que para carteras de mayor volumen defiende “tener un toque de un 5 o 10%, como mucho”.
Por su parte, Diego González, socio-director de Cobalto Inversiones EAF, considera que este tipo de fondos, que en su firma denominan “de gestión flexible”, son una idea interesante “para quienes no puedan prestar mucho tiempo a un asesoramiento muy especializado o para quienes tengan dudas sobre el momento económico”. Asegura que, si se hace un buen trabajo de selección, “te generan una cartera muy diversificada y muy robusta, con rendimientos a largo plazo consistentes y con una buena rentabilidad/riesgo”. Entre sus preferidos están productos como el Sextant Grand Large de la gestora Amiral Gestion, que gana un 9% de manera anualizada desde su creación, o el Ruffer Total Return International EUR. “Pese a su comportamiento plano en los últimos tres años, estamos tranquilos en él porque sabemos que si vienen mal dadas no solo no vamos a perder dinero sino que hará un buen comportamiento. Le da protección a una cartera”, destaca.
Mientras, Paula Mercado los ve una apuesta atractiva en un momento en el que el entorno es incierto. “Pueden generar un buen nivel de retorno, con riesgo controlado, gracias a una diversificación inteligente en la que se tenga en cuenta la correlación entre diferentes tipos de activos. Como tal, podrían ser parte del núcleo de la cartera”. Mercado cita el Amundi Funds Global Multi-asset Conservative A (EUR) C, que muestra “una rentabilidad a un año del 8,91% y una volatilidad en el mismo periodo del 2,55%”.
Fondos alternativos
No cabe duda de que los fondos alternativos, en general, han decepcionado en los últimos años. “La clave de que no hayan funcionado está en que los bajos tipos de interés no ayudan a casi ninguna estrategia alternativa líquida”, explica Carlos Fernández. A lo que hay que unir que “además, lo que hemos tenido son mercados con baja volatilidad, bastante alcistas y correlacionados, con lo que ha habido pocas oportunidades para encontrar discrepancias de valor dentro de una clase de activos o dentro de varias clases de activos”. En la misma línea, Fernando Luque, de Morningstar, reconoce que “encontrar fondos de este tipo que hayan dado sistemáticamente rentabilidades positivas es complicado”, además de “contar con costes, en general, bastante caros”.
Pese a ello, para Diaphanum, es la vía por la que optan como sustitutos de activos poco rentables o con valoraciones elevadas. Se fijan en gestores que hayan demostrado retornos razonables en cualquier circunstancia del mercado y, de toda una amplia gama, optan por los de baja volatilidad y expectativas de retorno reducido, dado que los usan en el “lugar que tradicionalmente ha desempeñado la deuda soberana en las carteras”, apunta su director de inversiones, Miguel Ángel García. Entre los que seleccionan están el Blackstone Diversified Multi-Strategy Fund, el Franklin K2 Alternative Strategies o el Deutsche Concept Kaldemorgen. Fondos, los dos últimos que también elige Mar Barrero, directora de análisis de Arquia Profim Banca Privada. “Entre un 10 y un 15% de la cartera podría tener un inversor medio en este tipo de fondos”, señala.
Desde Cobalto Inversiones EAF aseguran que incluyen en las carteras de sus clientes estos fondos como complemento a los multiactivo. “Intentamos seleccionar a los mejores gestores, buscar fondos consistentes en cuanto a resultados y contar con estrategias totalmente diferentes entre sí”. Uno de los nombres que ponen sobre la mesa es el de Auriga Investors Grantia Anphora A Acc, un alternativo de divisas.
A Silvia García-Castaño, directora de inversiones de BNP Paribas Wealth Management, le parecen atractivos los global macro y los long/short equity de cara a obtener diversificación y Paula Mercado cree que tienen sentido estos últimos, así como las estrategias de renta fija de valor relativo, pero “no como núcleo de la cartera, sino como un pequeño porcentaje que sirva de limitador de pérdidas en las bajadas, al mismo tiempo que se benefician en etapas alcistas”. En concreto, menciona productos como el Priviledge-H2O High Conviction Bonds (EUR) M Cap, “que se revaloriza un 23,6% en el último año con una volatilidad del 0,78%”y que está gestionado por Lombard Odier IM.
Sin embargo, Juan Manuel Vicente, pese a que la idea de comprar gestores de rentabilidad absoluta que intentan conseguir retornos positivos en todos los entornos de mercado suena a “música celestial”, en el actual entorno en el que los bancos centrales han distorsionado todo “las excluiría por su poca consistencia y su baja tasa de éxito”. Otra cosa serían los alternativos ilíquidos.
Alternativos ilíquidos
En los últimos tiempos es indudable el auge de la demanda de estos productos de private equity, capital riesgo, venture capital, etc… “porque la rentabilidad esperada de los activos tradicionales es cada vez más baja. La demanda va a seguir salvo que nos llevemos un susto”, asegura Carlos Fernández. “Los clientes buscan cada vez más invertir en activos no líquidos que ofrezcan rendimientos constantes no correlacionados con los mercados públicos”, constata Filippo Rima, responsable de Renta Variable de Credit Suisse AM, entidad que acaba de lanzar un grupo de renta variable temática de mercados privados. Sin embargo, Guillermo Aranda, consejero delegado de atlCapital, lo ve mucho más “como un tema de moda que como una excelente oportunidad de inversión. Es el activo que recomiendan todas las bancas privadas pero creemos que todo tiene más que ver con una demanda de los inversores que huyen de la fluctuación de los precios de los activos”, señala. Algo que no quita para que “dependiendo del cliente se pueda tener algo en cartera”.
Un punto en el que indicen todos los expertos. Para el minorista “directamente me olvidaría”, apunta Luque, mientras que desde Fondos Directo consideran que “tiene sentido tener entre un 10/15% en este tipo de activos pero para gente con plazos muy largos y con carteras voluminosas” y siempre con mucho cuidado. “Está muy de moda ser accionistas de empresas no cotizadas en una fase muy inicial pero tiene un claro riesgo de iliquidez. No todo el mundo puede tener su dinero no disponible durante 7 o 10 años y las rentabilidades que se anuncian pueden ser engañosas”, recuerda Juan Manuel Vicente. “Hay estudios que vienen a demostrar que dependiendo de los periodos que se tomen no son muy diferentes las rentabilidades de estos fondos frente a los de bolsa cotizada”, subraya. Además, apunta a que para acceder a ellos hay que contar con “un elevado patrimonio para llegar al mínimo exigido o bien ir a través de fondos de fondos, donde suele haber capas de comisiones que pueden llegar al 2 o el 3% anualizado”. Por tanto, la recomendación general pasaría por escuchar a los creadores de producto, pero después dejarse asesorar por un profesional independiente y con experiencia que filtre los mensajes de marketing de las gestoras.